jueves, 29 de noviembre de 2012

De esas semanas chéveres


Creo que no me puedo quejar esta semana. Sin duda, mi rutina no es tal. Vivo en un país donde dar una pestaña por sentado es un craso error y dejar los sueños para el día siguiente es un absoluto riesgo (o estupidez). 

Vivir en Venezuela no es de héroes ni de mártires, es de venezolanos y punto, pues. Y esta semana que termina mañana (o no, porque yo sigo activa los fines de semana, y no del modo mini-falda y trago de ron en mano, sino en el modo ensayo) fue como chévere. 

Asumo dignamente que estoy metida en un montón de cosas, eso de definirme con sólo un área me parece igual de aburrido que una ameba con narcolepsia.

Entonces yo le meto a la edición, a la actuación, a la locución y a todo lo que pueda hacerme sentir medianamente creativa. A lo único que no le meto es a un hombre, por ahora. Pero será porque estoy ocupada, o no sé, no me voy a poner a pensar en eso hoy. 

El asunto es que esta semana me gustó: primero porque tuve mi momento fabuloso cuando la dueña y señora del poliedro y del jamón Plumrose me llamó, y luego, hoy. Admito absolutamente que, a pesar de todo lo que implica mis jueves, los disfruto un montón. 

Mis jueves empiezan a media noche cuando inicia mi lucha con un internet nefasto, unos pendrives endemoniados y un montón de ideas por plasmar, que se convierten en algo así como un programa de entretenimiento por internet que se llama Jarabe de Lengua. Entonces me acuesto a las 4:00 a.m. porque el internet no termina de funcionar, los archivos no se montan en dropbox y los pendrives deciden jugarme una de tricks (sin los treats) durante toda la noche. 

Todos los jueves, Quasimodo (ya hablaré de él más adelante), mi vecino, decide atormentarme más que de costumbre. Hoy fue mucho más especial, los (otros) vecinos decidieron que una buena hora para comenzar las remodelaciones de su inmueble era las 7:00 a.m. Cuchis. Les voy a regalar una bota de Navidad llena de caramelitos y muñecos de jengibre. 

Agotada, reventada, malhumorada, me despierto y empieza el stress respectivo de un día en el que te toca transmitir un programa que tal vez nadie escucha, pero que te sigues tomando en serio, porque para algo te tiene que servir tu voz de macho y tu sentido del humor auto y alter crítico. Nunca se sabe si alguien dice que tienes talento y te da un chance. 

Y hoy mi semana cerró con broche de oro al conocer a Toto Aguerrevere. Increíble la capacidad de risoterapia que tiene ese ser. Increíble. No dejé de reírme durante toda la entrevista y es rico sentir que quien lees con frecuencia es igual en persona. Eso es divertido e inspirador. 

Rescato momentos claves de la entrevista (que lamentablemente no pude grabar,) como la referencia a esa terrible necesidad de los venezolanos de seguir haciendo amigos secretos en la época "de sembrina". Ya él hablará de eso en su blog. Rescato la pregunta que le haría a Dios, si en efecto existe, cuando muera: "¿qué pasó con mi cabello?", y, por supuesto, cuando dijo que le hubiese encantado ser actor. Eso le dio un lugar en mi corazón por apreciar al gremio. 

Entrevistar a ese pana es, como él dice refiriéndose al momento estelar de Chataing y De La Vega con Capriles, sentir que estás tomándote unas birras con un amigo. Rescato demasiadas risas y las palabras finales fuera del aire: "ojalá todas las entrevistas fuesen así.". Cuchi, chico. Eres el ídolo 2.0 de esta generación.

Hablar con él, además de dejarme su firma en el libro que, evidentemente llevé para demostrar lo "yo te leo" que soy, me recordó los proyectos que tengo en mente y que quiero sacar adelante. Porque uno te puede ser un "todero con caché" y ser feliz. Y dejar eso para más adelante suena muy poco práctico. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

Mi momento fabuloso

Ok. Ya va. Espérate un momentico. Yo estoy como si acabara de recorrer toda la muralla China trotando. No tengo aire. Pere, pere, papito (Como diría Andrés López).

Es que resulta que yo acabo de tener un momento Hollywoodense, o lo más cercano a ello. Yo no soy de las personas que viaja y se consigue a Javier Bardem con Penélope Cruz caminando por la calle como si fuesen seres normales. Yo soy de las que se consiguió en su momento a A.5 en el Sambil, porque se la pasaban ahí metidos. Y cuando finalmente vi a Servando y a Florentino, ya no me gustaban (estaba despechada porque Florentino estaba empatado con Cristina Dieckman, y decidí sacarlo de mi corazón. Además lo vi fumando y eso me desilusionó. Con qué moral lo digo ahora). 

Yo no soy de las que tiene fotos con gente que salió en Harry Potter, ni con Jack Nicholson, ni con Johnny Depp. Me encantaría lanzarme algún día una de entrevistadora de famosos, porque esa suerte no la he tenido cuando he viajado. Si yo llegara a conseguirme a una de esas personas en la calle, que me da un patatús. No tengo suerte con las celebridades internacionales ni con las nacionales tampoco. Aunque debo decir que he conocido a algunas por cuestiones de trabajo. 

Pero hoy tuve mi momento más cercano al mundo del glamour, y de qué manera. Maite Delgado me llamó. Me llamó. A mí. 

Aplausos y Risas, poliedro. 

Yo la había contactado para invitarla al programa de radio por internet que estoy conduciendo/produciendo/haciendo-de-todo, y ella, tan cuchi y digna como sus largas y perfectas piernas, me devolvió la llamada. 

Estaría sin menos aire si la historia tuviera un final (más) feliz. Porque ya el final feliz lo tiene desde el principio: esa mujer me llamó. Punto. Ya puedo caminar sintiendo que ella está diciendo que tengo un drapeado en forma de cascada con corte de sirena, y mi falda está bordada con 1500 cristales de Swarosky.  Es una mujer ocupada y no podrá ir al programa, por ahora. Pero la mujer (porque merece cada una de las letras de esa palabra, ella no es una jeva) me llamó para decirme que no podría. Coño, y yo me siento feliz porque Maite Delgado me declinó una invitación a mi programa. 

Porque esa mujer es tan digna y espectacular, que tú le escuchas el "Aló" y ya oyes a todo el poliedro aplaudiendo, ¿me explico? Tú la escuchas decirte que no puede, y tu le quieres besar los pies. Yo hablé con Maite, me dijo que no. Y le agradezco que lo haya hecho, porque no tengo ropa lo suficientemente fabulosa como para conocerla, todavía. 

Ya nos encontraremos. Por ahora, mi momento del día ha sido ver el "Maite Delgado Llamando" en la pantalla de mi teléfono. Eso a uno no le pasa todos los días, y menos cuando está en proceso de edición de la boda de una ex-Miss Venezuela. Mi sitcom se escribe solito día a día. 

A comer jamón plumrose y a comprar un aire acondicionado Premium. No, pana. Un momento así de fabuloso no se deja de compartir. Me siento como Alicia Machado cuando ganó el Miss Universo, con la misma manito en la cara y todo. 

PD: Para quienes no lo saben, mi programa por internet se llama Jarabe de Lengua, sale por www.radiosinprecedentes.com, los jueves a las 2:30 p.m. (Hora de Venezuela). Sí, estoy haciéndome una cuña. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Timón no baila gaitas


A mí que nadie trate de engañarme, esta Navidad se siente muy rara. No se siente Navidad como tal. Más allá del hecho de que Santa haya vomitado en mi casa, a mí eso del espíritu navideño y el olor a hallacas no me ha llegado. Se siente súper extraño. 

Eso lo vengo sintiendo desde hace un rato, pero hoy tuve una pequeña puntadita de eso que suelo sentir en otros años, y fue porque escuché gaitas. El año pasado, pasé las de Caín tratando de explicar en inglés qué carrizo es un furruco (it's like a drumb with a hole in the middle, a big cane inside, and you have to do like this *movimiento furruquero* to make it work) *leer esto con acento de Sofía Vergara*. 

Este año paso las de Abel para encontrarle la emoción a un año que comenzó en otras latitudes y termina, al parecer, con menos esperanzas. 

Pero entonces venía de terminar una cena familiar, cuando me dio por poner una emisora que transmitía gaitas. Por vainas de la vida, estaban pasando "La Moza" de Maracaibo 15. Mi gaita favorita por siempre y para siempre. Y de un tiempo para acá yo suelo hacer una coreografía (a lo bailarina de intercolegiales) cada vez que escucho esa canción. No lo hice, pero sí me puse a pensar en el poco de escarcha que se debe haber gastado en esas pobres criaturas. 

Asumámoslo con dignidad: La escarcha que sobró en la decoración de mi casa se la dieron a esas panas para que se maquillen en sus competencias. A mí las gaitas me encantan, pero las gaitas de verdad. Y me parece fino el concepto de los intercolegiales, pero, seamos honestos, se fueron... Se desviaron del rumbo del bien y las buenas costumbres desde hace rato. 

Este año ya vi que están versionando "Los Hermanos Primera" de Servando y Florentino. Primero, estoy vieja, porque siempre versionan canciones medianamente viejas o demasiado nuevas. Segundo... eh? Lo único que tienen en común es la nacionalidad. Y que probablemente a los Primera les guste echar un pie gaitero en diciembre, después de las uvas, quién sabe. 

Pero aquello de versionar hasta Danza Kuduro en gaitas es como demasiado, ¿no? Los intercolegiales se están convirtiendo en una versión amateur de Pitbull. Ese pana agarra temas que en su momento fueron un exitazo, les mete puki puki, pone a cantar a Jennifer López, y listo. Se mete un montón de plata. 

Lo que les falta a las eternas ganadoras de estas competencias es decir "Dale", y ya.

Además que todo el tema del vestuario siempre ha sido que si un issue en mi vida. I mean... existe la semiótica, existen los símbolos y los códigos y todo se relaciona. ¿Cómo así que el concierto de un grupo de gaitas empieza con la canción que da inicio al Rey León? ¿Cómo así que las bailarinas están vestidas de Timón, Pumba, las Hienas, Scar, Nala, Mufasa y los monitos que arman ese alboroto al principio? ¿Desde cuándo Simba y Rafiki se parecen a Betulio Medina o a Neguito Borjas?

Yo me quedé en el aparato, mi hermano. Esto pasó de ser una tradición que se basa en un género musical típico venezolano a convertirse en las Nationals, Sectionals and Regionals venezolanas de un show parecido a Glee. Y me imagino que por ahí debe andar una Sue Silvester que les manda a todas a comprarse esos zapatos Capezio y a rebajar y comer lechuga antes de la primera presentación. 

¿Qué pasó con la bonita tradición de bailar gaitas como lo hacían todos los artistas en las cuñas navideñas de RCTV? Así, parado de ladito, echando un pie pa' lante y el otro pa' atrás en constante bamboleo. ¿Desde cuándo la vaina combina con break-dance? Globalización, qué miedito. 

No, brother, yo me quedo con el "Virgen de las Nieves, Virgen de la Paz, estrella que alumbra a la humanidad" de la mejor cuña navideña de todos los tiempos. Yo nunca pertenecí a un grupo de gaitas porque mi colegio era bien aburrido. Pero tampoco les tengo envidia. Me parece muy fino, obsesivo... pero fino. Pero panitas, mantengan la coherencia. Timón nunca echaría un pie con Amparito.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Santa vomitó en mi casa

Yo creo que la historia de Jack Skellington (The Nightmare Before Christmas) fue creada, en realidad, cuando Tim tuvo una epifanía y vio a mi madre en sus sueños. Estoy plenamente convencida de que mi mamá se quiere robar la Navidad del mundo, porque no existe otra explicación para que desde ya tengamos la decoración lista y, además, la casa parece haber sido atacada por un Santa Bulímico que vomitó cada uno de sus rincones.

En mi vida había visto la casa tan dorada. Es decir, estoy acostumbrada a estos ataques navideños, pero este año como que la luz rebota por todos lados. Para imaginar mi casa en este momento, sólo hay que imaginarse absolutamente todos los tarantines que se arman para vender artículos alusivos a la época, juntos. 

Yo amo la Navidad, de verdad que sí. De hecho una de las cosas que más extrañé el año pasado fue no poder ver mi casa vomitada por Santa, tal vez por eso este año me parezca tan pintoresca. Es decir, al infinito y más allá de lo pintoresco. 

¿Christmas Freak? No, el siguiente nivel. Ése es el nivel al que pertenece la mujer que me parió. Además que en serio el tema del dorado se pone como de manifiesto este año, para no poner tanto rojo. Asumo que es un asunto intencional, o que el rey Midas vino de noche. Ya traté de comprobar esta segunda teoría, y no... Ninguna decoración está hecha de oro, así que no puedo sacar provecho. 

Por supuesto, en este época del año uno se da cuenta de que el término de globalización no llegó con internet. Esa vaina llegó con Coca-cola y su Santa rojo. Porque toda la vida los venezolanos han dividido su casa en diciembre en la sección criolla, y la sección imperialista. A saber: arbolito y nacimiento/pesebre. 

Y como el imperio domina al mundo, por eso hablo de globalización. Ése es un hogar común venezolano, el que tiene estos dos ambientes claramente identificados. Y ahí es cuando me doy cuenta de que mi mamá es una mente más avanzada que no sólo quiere conquistar la Navidad entendida desde el red, gold and green (Karma-Karma-Karma-Karma-Karma-Chameleon), sino que también se quiere apropiar de la tradición cristiana preponderante en Venezuela. 

Mi mamá ocupa la mitad de la sala con un pesebre que, de vaina, cuenta la primera vez que Jesús hizo pipí en su ¿vacinilla? o bueno, sin pañal de tela, pues. No conforme con eso, la jeva tiene cerca de 200 nacimientos (no es joda) de diferentes tipos, colores y tamaños por toda la casa. Entiéndase toda la casa como que hasta en los baños hay una escena de la natividad. Y cuando empezamos a comprar los regalos, no hay espacio para caminar porque entre el pesebre, los pesebres, los vómitos de santa y el poco 'e cajas, uno teme pisar a papá pitufo en cualquier momento, o a algún Niño Jesús de alguno de los 842348 nacimientos que mi madre colecciona. 

Uno no sólo te me hace malabares con el dinero en esta época "de sembrina", sino que también anda como en una cuerda floja por toda la casa. Porque para mi mamá, pegarle a un nacimiento es peor que que nos peguen a nosotras. Y si le pasa algo al Niño Jesús, sale de una vez mi Nana a sintonizar TV Familia buscando la solución a semejante catástrofe. 

En fin, que por lo general este jolgorio de escarcha y flores de Navidad de plástico llega un poco más tarde a mi casa. Y yo me tardé más de un año en recordarlo. Y lo único que me recuerda esa llegada de los problemas alimenticios de Santa,  es que no tengo plata para comprar el montón de regalos que se vienen. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Snookie es una amateur


Ya asumí con dignidad que tengo 27 años. Ya estoy asumiendo que, eventualmente, llegaré al tercer piso, y que ya no te me soy la misma de antes. Como tal, me estoy convirtiendo poco a poco en una doña de esas que uno se consigue en cualquier cola del banco, para esperar taxi de línea del Sambil o en cola electoral. 

Esas doñas que se escandalizan por todo. Y en vista de que me estoy convirtiendo en una doña, ahora veo canales de televisión que en mi vida se me hubiese ocurrido sintonizar. Mi afición favorita ahora es con el canal TLC (Travel and Living Channel) porque un día se me ocurrió poner una cosa que se llama "Cupcake Wars", una maravilla ese show, chico. 

La gente hace ponquecitos para ganar plata y yo babeo mientras lo veo. Entonces ahora en la noche, en lugar de ver Fox o Warner, pongo Utilísima o Gourmet. No sé para qué realmente, porque yo hago sandwichs y pasta y con eso sobrevivo. Pero, a fin de cuentas, TLC es mi favorito por ahora. 

Hasta que vi un shos (eso no es un show) que se llama "Mi Gran Boda Gitana". El mundo se detuvo cuando a un productor desesperado por dinero se le ocurrió hacer ese programa. O sea, Snookie es una bebé en pañales al lado de estas mujeres. En serio. 

Más allá de la ideología de esta cultura, con la cual no pretendo meterme porque cada raza, sociedad y religión entiende sus propios códigos, a mí lo que me perturba es el estilo de perchas que usan estas mujeres en su día a día. 

Si yo pensaba que las jevas venezolanas eran unas obsesas con la belleza, el cuerpazo y toda esa vaina, estas panas nos superan by far. Las mujeres comen pepino con vinagre, cotufas con vinagre, arepas con vinagre... Para mantenerse flacas... 

Eso de esconder la barriga no te me está bien visto entre ellas. Y luego llegamos al meollo del asunto, que es la boda como tal. O sea, el vestido. Los vestidos de esas mujeres son producto del Holocausto de Disney hecho por una bola disco. Es decir, mataron a todas las princesas, les quitaron todos los armadores y faldas, metieron toda esa tela en una licuadora con una bola de espejos y le pusieron la velocidad más alta. 

Santa Tecla... Qué horrible. En serio, los panas de Jersey Shore son los primeros invitados a la próxima boda real, al lado de esta gente. Y además las pobres cristianas bailan como si les estuvieran pagando para eso, pero lo hacen gratis. Y no pueden salir solas porque eso es "mal visto". No hablemos del color concha de mandarina que tienen por piel de tanto fake tan. 

Ayer vi a una mujer (que de mujer no tiene demasiado porque tendría sus cagados 17 años, cuando mucho) que para evitar pagar 600 dólares a un odontólogo, ella se blanqueaba los dientes con cloro. Con cloro. Reina... no. Es que no puedo hacer ningún otro comentario, porque es que ella se blanquea los dientes con cloro, ¿me explico?. Una cosa es que uno disfrute de "Mi Gran Boda Griega" y le de risa que para todo usen Windex, pero mi gorda, eso es ficción. Los químicos de limpieza son que si malos, ¿no? 

En fin, que creo que este escándalo si es digno de manifestarse. Porque yo entiendo que quieras brillar el día de tu boda y todo, pero de ahí a matar a la Cenicienta y quitarle el armador a La Bella, eso es como mucho. Además, si ya esos vestidos (los de las princesas, no los que ellas realmente usan)son bonitos, ¿para qué le pegas ese poco 'e brillantes que hacen que una te tenga que usar lentes oscuros para poder verte? No gorda, eso está mal. 

Échenle un ojito a una jeva que se llamaba Coco, ésa sí llevaba el estilo. 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Yo estoy de terapia.

Mira, ya todos sabemos que yo soy una loca histérica y que no tengo demasiado remedio que aportar a la vida. Cool, el primer paso es aceptarlo. Todos sabemos (o la mayoría) de mi fascinación por estar en los brazos de Morfeo, porque es el único pana que por ahora me para, y que es súper fiel. Yo tengo sueño (y sueño) todo el día. 

Pero cuando mi pasión con Morfeo y mi locura se combinan, algo falla. Primero, porque no estoy durmiendo bien, en el horario convencional, gracias a mi locura histérica. Me estoy acostando a las 5 a.m. Es en serio. No me da sueño antes. Y eso es de locos o de europeos con jet lag. 

Y una vez que logro concebir el sueño y entregarme a mi mundo de pasiones griegas con el pana dios del sueño, entonces la locura histérica vuelve a jugarme de las suyas y tengo sueños como los que tuve hoy. 

Soñé que era Halloween, pero que todavía yo estaba en el colegio, y por alguna razón teníamos que ir disfrazados ese día. Esas cosas no pasaban en un colegio que le rinde culto a una doctora de la iglesia en lugar de a brujas con escobas, pues. Dicho sea de paso, no era mi colegio de bachillerato, sino el de primaria, en el cual estaba estudiando conmigo una nena que, actualmente tiene 15 años, y que es más o menos mi pasado personificado en la actualidad, o yo soy su futuro. 

Yo estaba buena en el sueño. Me disfracé de Edward Scissorhands, y me veía riquiquita. Porque disfrazarse de un humanoide que tiene manos de tijeras y es diseñado por Tim Burton, implica verse mami/papi. Sólo Johnny, mi amor. 

Me levanté a un pana que está mia-mor. Y que por supuesto no conozco. Qué ojos se gastaba el pana. Y daba masajes ricos. Sí, en mis sueños aparentemente la gente me da masajes. Y luego yo de bruta le huía y buscaba a mis dos mejores amigas, que estaban en un cuarto (porque de repente ya no estábamos en el colegio) empiernadas y dormidas. Las sacaba del cuarto y me iba con papito ojitos bellos. Y el pana, después de haberme masajeado, me decía que quería ir lento. 

Me dijeron puta en mi propio sueño.Un poquito de por favor, si alguien me lo va a decir, que no sea mi propia mente.  Porque además yo trataba de convencerlo de que me diera un piquito, aunque sea. (Por eso es que me pasan las cosas que me pasan, pana. No debo pedirle cosas al universo para las que no estoy preparada. Yo me entiendo.). Y cuando ya lo había convencido, aparecieron El Chavo del 8 y La Chilindrina a lanzarnos alacranes... 

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Claro. Dalí era un jevo burda de sabio y ahorita estoy en capacidad de entender absolutamente todas sus creaciones. Yo estoy de terapia, pana. No puede ser que... no sé... sueñe con que alguna mujer que conozco está embarazada y ya. O que simplemente sueñe con vainas en contexto. 

Yo sueño mezclando a Tim Burton con mi primaria, mi pasado y un jevo que no conozco. Si yo fuese una de las hermanas de Charmed y tuviese el poder de las predicciones, deja vuseses, y demás afines, estaríamos jodidas mis hermanas y yo tratando de cazar demonios. Porque con estas vainas una no te me puede ser literal. 

jueves, 18 de octubre de 2012

De aberraciones virtuales (y otros delitos)


Hola. Sí, yo soy una mujer complicada. Sí. Tengo muchos problemas. Y hoy hay uno que me acongoja: no soporto a la gente que escribe de la siguiente forma: 

HOOOOOOLAAAAAAAAA!!!!! CÓMO ESTÁAAAAAAAAASSSSSSS? OKIIIIIIISSSSSS AMIGUIIIIIIIS CHAOOOOOOO NO SEEEEEEEÉ. 

Nótese el uso de las mayúsculas que hace parecer que eso lo estuviera diciendo Winston Vallenilla. Notése la aberración en las faltas gramáticas al no utilizar los signos de puntuación pertinentes (yo a veces peco de no utilizar correctamente los signos de admiración e interrogación, lo confieso), y nótese el excesivo uso de letras. 

Poner aunque sea una tilde dentro de eso, fue bastante naive de mi parte, nadie usa tildes.  Mi problema, en verdad, es que la persona en cuestión no tiene la emoción que, semióticamente, a mí me refleja esa aberración que acabo de escribir. 

Es decir, esas personas se expresan con tal emoción que uno jura que son parte de un experimiento, que se convirtieron en jerbos en crack o que se metieron su buena pepa de éxtasis o línea de cocaína. Pues no, la persona en cuestión en verdad te está escribiendo con toda su paz, con toda su tranquilidad, en la punta más pacífica del Tibet, y simplemente quiere decir esto: 

"Hola, ¿cómo estás? / Ok (no okis) / Amiga (no amiguis)/ Chao / No sé" 

Pero escriben como si acabaran de ganar el Miss Venezuela. Yo no entiendo. 

Dicho sea de paso que yo tengo problemas con las palabras que terminan en "is": Amiguis, holis, putis, cosis, lindis, etceteris... Me parecen de Teletubbie en anfetas. Lo siento. 

Creo que las personas que escriben así lo hacen como para ser excesivamente felices, y pues no lo son. Reina, rey, gordo, gorda, no hace falta extender la sílaba tónica de una palabra para enfatizar, a menos que así quieras hacerlo. No estamos en la ONU, si quieres ser diplomático, escribe bien, no escribas como si fueses una Barbie con zapatos nuevos. Eso está mal. 

Yo sólo alargo las vocales cuando me río, y me río de verdad. Tal vez sea yo la loca. 

Y eso me recuerda que "jsjsjskjsjsjsjñskjj" no es la onomatopeya correcta para escribir la risa. A menos que usted se estuviera riendo mientras comía cotufas y se ahogó en el proceso. De otra forma, escriba "ja ja ja". Es universal. 

El "jejeje" ya es otro tema. Porque eso tiene tantas implicaciones semánticas (como diría el filósofo de rulos que tengo por amigo) que uno se confunde. Es igual o peor que el emoticón de la carita feliz picando/guiñando un ojo. Si están en proceso de flirteo/echadera de perros o el más reciente término "chanceo" (mariposa tatuada en el cuello entra en trombo al escribir esto) y te escriben "jejeje"... ¿Qué demonios significa? 


  1. Jejeje: Te quiero coger.
  2. Jejeje: Tengo sueño, no quiero escribir más.
  3. Jejeje: No sé qué más escribir.
  4. Jejeje: No voy pendiente pero te hablo porque me caes bien o por si estoy absolutamente desesperado en una noche solitaria. (Sí, esto se lee sin respirar)
  5. Jejeje: Acabo de decir algo burda de directo y tengo que suavizarlo. 
  6. Jejeje: Jejeje 
Tengo problemas. Problemas serios. Me siento el Quijote contra los gigantes tratando de defender el idioma. Ojo, advierto que cuando invento palabras lo hago por el humor. Pero yo no le veo humor a escribir como si  hubiese inhalado el amoniaco que usa Shakira. Todos tenemos nuestras maneras, pero... Coño, el exceso de energía por texto es como súper-anti-sexy (leer esto con la mandíbula quebrada). 

Y ni hablar de emoticones en status o cambio de imagen de perfil. No reinas, reyes, gorditos, gorditas. No es ropa interior, no hay que cambiarla todos los días. Si quieres decir que los ojos del pana son los que alumbran el basurero, no pongas corazones, caritas con pestañas de rimmel de Revlon, ojos pelaos, lucecitas y cualquier otra estupidez. Uno entiende. Uno no te me está en preescolar. 

En fin, que tengo problemas. Que trato de inyectarle algún remedio a mi mariposa tatuada para que deje sus ataques epilépticos, pero a veces quiero ser Hulk y caerle a cachetadas virtuales a la gente por lo que escribe. ¿Soy yo sola la que defiende un idioma tan bonito como éste? ¿Nadie más se vuelve un Baobab cuando lee este tipo de cosas? 

Tengo que ir al psiquiatra. 

miércoles, 10 de octubre de 2012

De recuperarse, o algo así.

Supongo que hace dos días era el día perfecto para drenar todo por medio de blogs, tweets, posts de Facebook o cualquier otro medio lleno de Gigas y Megas que nos alejan más de la realidad. Yo hace dos días no sabía ni qué decir, y como siempre llego tarde a eso que es trending, pues lo hago hoy. No porque quiera seguir hablando del tema, sino porque necesito sacarlo de mi sistema. 

Como una buena parte de las personas que se mojaron el chiquito este fin de semana, yo también estoy triste. Perder es un coñazo. Y sí, mientras haya vida hay esperanza. Ese es mi miedo, que se me acabe la vida . No pretendo analizar nada aquí, porque yo de política sólo tengo 14 de años de experiencia autodidacta. De saber que lo que vivo no me gusta y de entender que la única forma en la que creo que mi opinión quede manifiesta es pintando la punta de mi dedo de morado. 

Muchos dicen que nos merecemos esto. Yo no creo que merezca vivir con los ovarios en la garganta cada vez que voy a salir. Porque yo no soy de los que dicen que nunca se harán amigos de otro bando, porque yo creo en el ser humano, no en el color de una franela, boina o pantaleta. Yo creo que podemos estar mejor. Pero sí estoy de acuerdo con que falta mucho por aprender. No quiero escuchar análisis de nadie, porque a mí (como al resto del egoísmo que reina en este país), sólo me interesa que alguien me explique cómo es que uno se recupera de este golpe tan arrecho y dónde es que se compra el guáramo, porque necesito tomar una decisión y he ido a burda de partes y no lo consigo. 

Las cosas son como son, y seguirán estando igual (o peor) por los próximos años. No. No serán sólo seis a mi parecer, porque el que venga en seis años en lugar de éste (ojalá que así sea) va a tener que conseguir pega loca por galones para poder pegar las trizas de un lugar llamado Venezuela. Yo le voy a seguir echando bolas hasta que entienda qué coño tengo que hacer. Pero el guayabo que se respira en la calle no ayuda. Yo sólo sé que, al menos, he tratado de ser lo más tolerante posible. Mis disculpas si he ofendido a alguien en estos días. Uno no es persona cuando está embriagado de tristeza. 

Y coño, a la hora del té, lo único que quiero es sentir que puedo llegar viva a la casa. Yo sé que no hay fiesta en el cielo, y yo voté en nombre de uno de esos ángeles. De muchos de ellos. Venezuela necesita menos Iphones y Blackberrys y más partidos de la Vinotinto, más triunfos de Limardo, más unión, coño. Y no sé cómo se logra, porque la agresión es demasiado fuerte de ambos lados. Yo quiero una patria nueva, sí, con todas las palabras y letras de esa frase. Pero no la quiero llena de sangre, de inseguridad ni de agresiones. Ahora que lo pienso no quiero un país nuevo, yo lo que quiero es un país sabio.

Me cansé de "al que no le guste la inseguridad que se vaya" y "yo nunca tendré amigos chavistas.". Ni me quiero ir, ni puedo dejar de abrir mi vida a una persona que tenga otro punto de vista. Con lo que no puedo es con la hipocresía, y creo que eso algo que la mayoría de la gente tiene que dejar de ejercer. Eso no existe en ninguna universidad como carrera. 

Así que a aquellos que sentían que iban a ganar y estaban siendo buenos y querían unidad, y luego se volvieron un sapo con verrugas al conocer los resultados, revísense.

Aquellos que se visten de rojo para una marcha, o mejor todavía, marchan en Ferrari, sincérense. 

Aquellos que viven afuera desde hace mil años, y estaban angustiados por su madre patria, pero no votaron. Sientan culpa. 

Aquellos que se creen expertos en la materia. Sigan la vida. Todos tenemos opiniones. Exprésense, pero entiendan que un enguayabado es sensible. Sientan y critiquen a su patria en la medida en que la defienden afuera. 

Y por último, aquellos que viven afuera y dicen que quien está en el poder debe seguir porque salvó a Venezuela, devuélvanse y caminen en la madrugada por aquí. Luego hablamos de eso. 

No voy a comentar sobre lo horrible que es sentir que un gobierno te insulte todos los días, o te vea la cara dándoselas de pacifista. Eso ya lo han escrito muchos.

Yo lo que quiero es que me devuelvan los buenos días cuando saludo (los buenas tardes en verdad, yo nunca me levanto temprano), los "a la orden" después del gracias. Yo extraño a los venezolanos que te sonríen en la calle aunque no te conozcan y repudio el mal humor de todo el mundo. Yo quiero recuperar a ese país. 

Yo quiero que Venezuela y política dejen de ser sinónimos. Yo me quiero recuperar de la paranoia y quiero respeto. 

Y ya. Yo quiero ser venezolana; no majunche, chavista ni mucho menos ni-ni. 

martes, 2 de octubre de 2012

Crónica de una vejez anunciada

Dentro de las tribulaciones que tengo por estas fechas, además del obvio hecho de que faltan 5 días para que mi país viva la misma tensión del Miss Venezuela (nunca mejor comparado esto con el Mister Venezuela, la verdad), está también el hecho de que voy a cumplir años. Y bueno, el CNE no podía poner las elecciones en otro mes ni fecha. No. Tenía que ponerlas 8 días antes. 

Sí, estoy teniendo mi momento rubio superficial. Hay que buscar la manera de aligerar las cosas. Aunque debo decir que María Bolívar también ha ayudado (sigo pensando que esa jeva tiene que estar con el gobierno o es la principal consumidora de sales de baño de Venezuela). El asunto es que octubre no es un mes fácil de vivir este año. Porque bien, luego de que pasen las elecciones a mi me queda una semana más de terror para recordarme que voy a cumplir años. 

Mentira, a mi me encanta cumplir años y eso de la edad nunca me ha molestado. Es más, creo fielmente en las líneas de expresión, me encantan. Eso le da vida a la cara. Abajo el botox. 

El asunto es que, después de que llegué de los por allases (estoy monotemática con el tema porque hace un año estaba ya allá y me puse cursi) y me metí en el taller de teatro musical que estoy haciendo, me di cuenta de que yo me quedé en el aparato. 

Entiéndase, hay un montón de cosas que ya no hago, porque no te estoy pa' esos trotes, y un montón de palabras que ya no domino y que deduzco porque soy astuta, pero que en mi vida había escuchado. Yo no soy cool. Yo no uso el argot de mi generación. 

¿En qué momento se dejó de utilizar la palabra "picar" para sustituirla por "monchar"? La uso sólo cuando estoy con gente que la usa, pero por mero instinto de supervivencia. ¿Qué coño es spoilear? ¿Qué es trollear? Me siento una doña. 

No tengo ni idea de dónde salió la joda con los bigotes que le está dando la vuelta al mundo. No sé por qué unos méndigos bigotes son tan populares y por qué es divertido ponérselos. No entiendo. 

Yo nunca he sido cool. Lo intenté, pero perdí la batalla, y creo que puedo decir que afortunadamente fue así. Yo pierdo en Song Pop en el playlist de "Today's Hits" pero me llevo al mundo por los cachos si me ponen el de musicales. Va, soy rara. Pero no sabía que ahora soy vieja. 

Ya como que finalmente puedo creerme esa pajudez de mi familia de decir que "soy muy madura para mi edad" (en algún momento lo dijeron, luego se dieron cuenta de que se estaban engañando a ellos mismos y guardaron silencio). 

No me angustia cumplir años, lo que me angustia es empezar a decir "¿Y por qué este montón de pavos no salen a bailar?"

Ni-ni

Hola, sí. Esta semana es más o menos imposible bajarle dos a la vida política en mi país. Inevitable. La razón por la que me devolví del sitio donde estaba felizmente danzando en la pradera fue esto. Sí, puede que sea masoquista, pero hay patriotismos románticos que una no te pierde. 

Y bueno, debo decir que no soy caprilista, ni chavista. Yo soy venezolana. Estando afuera a mí se me explotó la luz, el aroma en la piel y el cuatro en el corazón. Yo soy venezolana y me cansé de ser un stand de turismo político afuera. No, no es la razón por la que me devolví ni la razón por la que no estoy con el actual gobierno. Tampoco soy ni-ni. Soy venezolana y por eso voy a ir a votar el domingo.

Para aquellos que son ni-ni, que no se inscribieron afuera, que no se vinieron a votar, pues me alegro de que tengan la capacidad de desligarse de su país. Yo no, yo soy pegada. Yo me doy los besos con alguien y ya me pego, imagínense lo que me pasa con un alguien con quien he vivido por 26 años.  A quienes no van a votar, pues los felicito por la buena suerte que han tenido de no enterarse de un secuestro o un asesinato cercano. Aprovechen su suerte y juéguense el Kino. 

No, tal vez Capriles no sea un mesías (evidentemente el de los 14 tampoco lo fue), pero para mí representa un cambio. No creo en él, sino en la esperanza que implica en mi vida: salir de esto, volver a mirar a alguien en la calle y no sentir miedo. Es más, respeto a los que van a votar por Voldemort. Porque ellos creen en alguien. Lo siento, a quienes no respeto es a los anarcos wannabe que creen que porque no creen en el show político saben más que los demás. 

Yo tampoco creo en política. No creo en nadie, nunca. Pero necesito cambiar, y por eso voy a votar. Se que el cambio no llega al día siguiente, pero quiero creer que va a llegar. 

¿Que es preferible protestar en silencio si no estás de acuerdo? Pues entonces quédese en una montaña en el fin del mundo con sus protestas y hable con Wilson, que seguro lo está esperando para escucharlo en una isla desierta. El país necesita todas las curas y suturas del mundo para volver a unirse, y usted, el ni-ni, lo que está haciendo es cortar con bisturí. 

A quienes les salía muy caro moverse de su casa en el exterior para el centro de votación más cercano, créame que el pasaje para irse definitvamente le debió salir el triple, si tomamos en cuenta el costo e' la vida que sube otra vez en este país. 

Estoy radical. Lo siento. O se moja el chiquito o no la pasamos bien. 

viernes, 28 de septiembre de 2012

No las detendrán.

Hace como ochenta años que no me metía aquí a escribir. Entre las ocupaciones múltiples y la maravillosa conexión patrocinada por Digitel (no te unas tú también), escribir en el blog se me ha hecho un poco complicado. 

En todo caso, vuelvo para contar ese tipo de historias que sólo a mí me ocurren y que sólo yo puedo convertir en un nuevo capítulo de mi futuro sit-com: Facts of Patty. 

Durante los últimos meses he estado absolutamente encantada y envuelta en un mundo donde el masoquismo es válido. Porque dedicar cuatro días de tu semana a que un coreógrafo estire hasta la última neurona de tu cuerpo es masoquismo, me perdonas. Estos últimos cuatro meses se han destinado al montaje de una muestra de musicales de Broadway que presentamos en el teatro de Chacao, los pasados 21, 22 y 23 de septiembre. 

La experiencia fue maravillosa por demás. Estresante a niveles insospechados y memorable. Porque eso de estar en una producción que agote entradas es bien raro. Lo siento, es una nueva experiencia para mí. Compartí con gente maravillosa y toda la paja, pero como no me voy a poner teletubbie a escribir frases de tarjeta Hallmark, lo que debo resaltar de este evento de mi vida es lo siguiente: 

En la última canción de la muestra se presenta una versión de "You can't stop the beat", del musical Hairspray. El título traducido de dicha canción es "No nos detendrán". Muy bien, es una coreografía re-difícil, que los integrantes del nivel en el que me encuentro nos aprendimos en dos semanas (o menos, sí, estoy echándomela burda) y que es súper movida. Maravilloso. Destaquemos el hecho de que mi nivel, por tener mucho menos tiempo que el grupo del otro nivel (tienen más de un año en este peo) es el ensamble del espectáculo, a saber el coro, a saber, el grupo de apoyo. Bien. 

Como parte de ese ensamble, la idea desde la dirección es convertirse en uno solo, ser homogéneos, no resaltar. Pues mis tetas (me perdonan el francés ordinario, pero dado el evento me tomo la libertad de acudir a la chabacanería) tuvieron problemas con esa acotación, y el último día de presentación, durante la mentada canción, decidieron que nadie las iba a detener y que ellas tenían que salir a relucir. 

Se me ha abierto la camisa en pleno apogeo del jolgorio de cierre del espectáculo y por más señas, ojos, gritos histéricos desde detrás del telón, no pude hacer nada al respecto. Si usted fue el último día de la presentación de Clap! El Musical, hola, mucho gusto, soy la jeva de las tetas al aire. 

La cuestión no fue tan grave, cosas mucho peores me han pasado en escena. Pero el sostén color piel que tenía puesto le causó un infarto a la audiencia, porque en serio pensaron que andaba menenado mis lolas sin ton ni son durante los últimos 3 minutos del shos (sí, eso fue un shos, no un show). Un amigo del grupo me bautizó la nueva Janet Jackson. Ya quisiera yo que Justin Timberlake me dejara una lola al aire, coño. 

Sí, esto me pasó, y me pasó el día que decidieron llevar 5 (se lee cinco) cámaras para grabar el asunto y luego transmitirlo por no sé dónde. Coño, y lo peor del asunto es que, de todas las fotos que han publicado ya del espectáculo, no salgo ni en media. Y seguro, es que me corto una lola (qué redundante) que las que publiquen serán las de mi sostén recién comprado. 

Volveremos a escena con el musical. Si le place ir a ver a mis lolas desde la última fila del cuerpo de baile, hágalo. Yo le aviso las fechas del musical patrocinado por el Patty Bra: Hará que destaques. 

martes, 31 de julio de 2012

Mi abuela se cree princesa de Disney

Últimamente me está pasando que me despierto de mal humor, o vuelvo de mal humor a la casa. Muy mal. Sé cuáles son las razones, pero revelarlas aquí es medio Revista Tú, y no, qué falta de glamour. Durante el día se va componiendo la cosa y me voy arreglando el estado de ánimo a punta de distracciones y de chistes que hago sobre mí misma o sobre alguien más. 


Pero hay un antídoto infalible para mis tribulaciones. Escuchar a mi abuela. Con el paso de los años esa mujer tiene cada vez más achaques, pero con esos achaques también vienen ideas hilarantes que la convierten en un personaje que algún día yo representaré. 


El mismo día que sucedió lo de Picaporte González, quiero decir, minutos después de que yo viviera ese episodio, entré corriendo a la cocina en busca de un vaso de Coca-Cola (light) que ahogara mi asombro, y lo que escucho es a esa octogenaria diciendo en voz de rezo: 


"Perdona a mi esposo, señor." Mi abuela es divorciada. Desde hace años que se dejó de eso del matrimonio, por razones más que justificadas, y mi abuelo se murió hace 2 años ya. Y entonces mi abuela le pide al señor que lo perdone.


La escena se vuelve más kitsch cuando observas a la abuela de esta servidora orándole a la pantalla de la televisión, porque es que ella ve misa por televisión, pues. Ya que no puede ir diariamente, como solía hacerlo, pues entonces ella prende su TV Familia y ve su misa, religiosamente (valga la redundancia) todos los días. Y escucha a un señor cura, árabe o algo así, que pide que le cure hasta las pestañas... Y luego canta a destiempo, y yo me divierto. Lo siento. Que una señora de 80 y muchos le pida al Señor que perdone a su ex-esposo, me da risa.


Luego vienen los "remedios" caseros que tiene para todo: Para la digestión, cuando come comidas pesadas, la mujer se toma medio vaso de Coca-Cola (light, porque no le queda de otra) para que "le baje la comida". Sí, una bebida gasificada a ella le sienta bien en el estómago para la digestión. Y ponerse derecho cuando ya se está lleno, mientras comes, hace que te quepa más comida.


Ella no come nada después de que se cepilla los dientes, camina de un lado al otro después de comer, no come chocolate, a menos que sea blanco y no come nada que tenga grasa, a menos que sea un combo de Mc Donald's. Ronald, hiciste bien tu trabajo, hasta los viejos engullen tu comida. 


Anda con un afán porque recemos un rosario que le debemos a una tal María Francia, desde que me gradué, porque gracias a ella fue que yo salí bien en la tesis. Y siempre me dice que ya es hora de que me ponga a rezar. En dos platos: 


Mi abuela me está diciendo que me voy a quedar para vestir santos. 

Le pela el diente a todos los amigos que traigo a la casa, no vaya y sea que alguno tenga algo conmigo y le toque ser simpática. 


Llama a la lluvia "invierno". Entonces cuando llueve dos veces durante el día dice: "Hoy cayeron dos inviernos por la casa. Qué buen invierno (queriendo decir: Qué fuerte está lloviendo)."


Ay, nanita (así le digo), si vivieras en Canadá, sabrías lo que es un invierno. Cada vez que cae un "invierno" se angustia por sus nuevas mascotas: los pájaros que rondan por mi casa. Su nueva distracción es regar alpiste por toda la casa y que los pajaritos vengan a comer. Mi abuela se cree princesa de Disney (el que se haya imaginado a mi Nana cantando la canción de Encantada se lleva puntos extras en mi corazón), entonces los pájaros invaden la casa, se meten en mi cuarto y me revolotean por la cabeza. No, en la vida real los pajaritos no te hacen el vestido de baile para ir a conocer a tu príncipe, te revolotean en la cabeza. 


Hoy dijo que mi mamá estaba bostezando mucho, que eso es síntoma de resfriado (¿?). Eran las 10 y media de la noche cuando mi mamá bostezó mucho, eso... eso no es sueño. Con toda la convicción del mundo, esa mujer está convencida de que no hay estornudo ni tos que valga para identificar una gripe, es el bostezo lo que te hace tomar Teragrip. Ella no se resbala, ella se "refala", y puede que ese "refalón" te haga darte un golpe en el "hueso e' la garizapa", o sea, el coxis. 


Que el mundo no me malinterprete, no soy cruel por burlarme de mi abuela, porque eso lo hago con todo el mundo. Esto es un tributo a sus invenciones, a sus achaques y locuras que hacen que yo pueda reírme y no angustiarme por ella. Esa vieja conmigo hasta chismea de los demás. Conmigo ha sido con la única nieta que ha hablado de "sexo y esas cosas.". Esa jeva arrugadita es mi pana, pero tengo que admitirle que me da demasiado material. 

domingo, 29 de julio de 2012

No, it's not that kind of call

Yo debo tener algún desorden psicológico que tienda al suicidio doloroso, lento y tortuoso. Estas últimas semanas no han sido más que un absurdo de tortura, stress y ocupaciones varias, de las cuales sólo una me hace sentir completamente plena. 


Absurdo. ¿Quién, en su sano juicio, se somete a tanta vaina y masoquismo si no pretende acabar con su espíritu? Yo.


Hola a todos, soy Patricia y tengo tendencias suicidas. (Se escucha la respuesta de todos los miembros del gremio teatral venezolano: "Hola, Patricia".). 


He tenido situaciones insólitas desde ensayos de madrugada hasta dramones absolutamente innecesarios. Dicho sea de paso, he sacrificado ver a gente que no vive en este país por cumplir con mis obligaciones. Me estoy convirtiendo en una workholic de primera, pero como yo no trabajo en una oficina, entonces soy una intensa. 


En uno de estos días dementes que han transcurrido, pues como que mi celular no aguantó la presión y tuvo un intento suicida más efectivo: Se me cayó en lo que iba bajándome de un carro y ahora está desfigurado como Marisol, la de la novela. No tiene cara, o sea, no tiene pantalla. 


Es decir, ahora soy una forever alone del mundo, porque sin celular (maldigo a nokia, blackberry, motorola, samsung y apple) una  te es nadie. Entonces procedo a advertirle a las personas con quienes más me comunico, que mi celular tuvo un ataque kamikase y ahora es como la parte cubierta de la cara del fantasma de la ópera. No se lee ni medio mensaje... La pantalla está en blanco... en blanco. Mi celular se convirtió en un rubio de LA que está en blanco. 


Yo avisé por twitter, por facebook, por señales de humo, que mi celular murió... Sin embargo, sigo recibiendo mensajes y la fulana lucecita roja me atormenta la vida porque sé que alguien quiere comunicarse conmigo y yo no sé quién demonios es. 


Por supuesto, esto pasa en el día 28 de mi mes, cuando asumo que ya pasó el fulano Mercurio retrógrado (porque a mi las cosas buenas me pasan mientras el pana planeta está atravesado, no cuando ya pasó la vaina) y cuando tengo ochenta mil llamadas por recibir. Estando pues en esos días que los hombres no pueden mencionar porque no saben cómo hacerlo (por alguna razón les asusta la palabra "menstruación"), yo estoy un poquito más... más... proclive a explosiones e implosiones repentinas a lo Katy K-boom. O sea, que estoy pasada de marica y no razono con un poco de lógica (si es que en algún momento lo hago). 


Entonces la fulana lucecita roja me aturde, me aturde en serio, y yo, en lugar de pensar que puede ser alguna de las actrices o actores, directores, asistentes o afines de alguna obra, que puede ser alguien que necesite de alguna información, alguien con quien me haya comunicado con frecuencia últimamente, no... Yo me pongo a pensar en que, como Murphy me ama, esa lucecita roja implica un bootie call... Porque una te es así de absurda. 


Entonces cada vez que el perol ese vibra, porque ni siquiera es que lo tenía con sonido cuando intentó matarse (fue un intento de suicidio silente), yo no tengo ni idea de qué es lo que me está llegando. Ergo, empiezo a ponerme creativa y pensar que el ser (que no es el de mi vida, obvio), me quiso escribir. Claro, bellísima, porque el pana que nunca escribe va a escribir cuando tú lo invocas con la mente. No reina, no funciona así y ya lo sabemos. 


Es alguien mandando una cadena que dice que hoy es el día de la pestaña y se acordó de tus pestañas. Esas pasjuatadas del bootie call contigo no pasan, no tan seguido al menos. No mi reina, eso fue un tweet que alguien puso de favorito o un "like" que alguien le dio a algún comentario. Alguien te agregó a algún grupo o alguien sigue preguntando si vamos a tener clase del taller en el mismo sitio de siempre, a la misma hora y por el mismo canal. 


No es un bootie call, chica. Porque tu no vives en el mundo de Gossip Girl. Tú estás aspirando más hacia Sex on the City, pero en verdad eres parte del elenco de una vaina así como The Middle, o de "Conversaciones con la Madre Sor Juana Inés de la Cruz",  una vaina en la que no te hay de eso que llaman Sex, y mucho menos on the City. 


En todo caso, que hay que cambiar de celular, a ver si recuperamos un poco las distracciones que me hacen ser un poco más rubia. 

lunes, 23 de julio de 2012

Ta-cho

Es legal. Yo tengo tiempo para muy pocas cosas, y de verdad, no he tenido ni un pestañeo para revisar este coroto virtual, y mucho menos escribir en él. 


El tiempo pasa volando, súper cliché pero es así. La semana pasada fue una demencia compuesta por siete días, unos más insólitos que otros, protagonizados por una palabra que ya me crispa los nervios y por actitudes que hacen que una te dude sobre seguir en el "chou bisnes" (show business para los entendidos). 


Los pocos tiempos para respirar los dedicaba a revisar twitter para ver cómo iba la vida en el mundo, y para chismosear las actualizaciones de mis contactos en el teléfono, porque sentía que no los veía desde hacía diez años. 


Y la maña se me quedó en este inicio de semana. cuando me dispuse, después de unas merecidas horas de sueño, a levantar mi teléfono, desenchufarlo de su cargador y revisar las actualizaciones de mis contactos. 
Entonces leo lo siguiente: 


"Orgullosa ex-teresiana desde hace 10 años." O algo por el estilo, de una de mis ex-compañeras de colegio. 


Ya va.... ¿Qué? Tacho, tacho, tacho... ¿De verdad dejé de hablar con mis contactos por tanto tiempo? ¿10 años?


Y majomenos, ¿en qué demonios momentos se fueron esos diez años? Ta-cho. Yo todavía me acuerdo de la llorantina que armamos todas porque no me dejaron leer el discurso que yo quería leerles el día del acto (que le hubiera dado un coma a cualquier diabético, pero en el momento, yo era cursi y le decía a la gente lo especial que era, porque era adolescente, pues), yo todavía recuerdo nuestros "cuartos de hora" de quinto año, que, básicamente, consistían en robarnos el radio y escuchar música o lo que fuese. Las líneas de conga que bailábamos en primero de humanidades, la manoseadera que yo tenía con mis amigas frente a las monjas, sólo para sacarles la piedra...


Chica, yo todavía me acuerdo de los nombres de los amores y dolores de casi todas mis compañeras (las amigas) de bachillerato. 


¿Cómo así que yo me gradué hace 10 años de bachiller? Pero, ¿quejeso? Santa Teresa de Jesús (motivo de la existencia de las teresianas y disfraz de alguna profesora todos los años durante el pregón) decía: 


Nada te turbe 
Nada te espante
Todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia todo lo alcanza
Quien a Dios tiene nada le falta
Sólo Dios Basta. 


(La teresiana que haya leído esto y no haya cantado la canción en su cabeza, perdió esos reales, les voy diciendo desde ya) 


Tacho, Teresita, tacho. Dios me abandonó al dejar que envejeciera. Todo me turba al pensar que han pasado diez años, una década, desde que yo dejé ese colegio. Nada se pasa, jeva. Nada se pasa porque este trauma de sentir que se me cuartea la piel es cabilla, ¿oyó? Coño, Teresa, para ti es fácil decirlo. Tú eres doctora de la Iglesia, y vaina. Tú eres inmortal, pana. Pero ¿y yo? Yo soy la pana que hablaba de la monja mocha en el colegio, de ahí no salgo. 


Si la paciencia todo lo alcanza, pues me vas dando bastante de esa para esperar la pastilla que me dé la eterna juventud. Porque eso de que diez años se fuesen así, tan de golpe, yo te digo de verdad... Es como una falta de tacto de parte de tu pana, el que sólo basta. 


Si yo todavía me acuerdo del libro de vida, la madre Francisca, la madre María Rosa intentando que una te medio cantara "Aprendiz de Paloma" y de la madre Aurora gritando "Rémoras". Pana, yo todavía tengo fresca la rebeldía de usar la falda por encima de la rodilla, sólo por joder. Tú me tienes que estar jugando una muy fea, Teresa. Porque el tiempo pasó muy rápido y yo ni cuenta me di. 


Y para colmo de males, ya yo en trauma histérico por esta vaina, me doy cuenta que una de mis sobrinas (culo limpiado de por medio y cambiada de pañales respectiva), ya tiene cédula


Tacho, pana, tacho. Bájenle dos al mundo, que nos vamos a estrellar. 

domingo, 8 de julio de 2012

Escena de ex-novia psicótica



Yo no entiendo muy bien cómo es que funciona el cosmos. Yo ya he hablado en este lugar sobre el desequilibrio cósmico que existe por culpa de Brangelina (y ni me quiero imaginar la catástrofe que se avecina cuando esos dos tengan su rumbón de matrimonio), pero cada día la lógica universal a mí se me hace como más absurda. 


Resulta que uno siempre está inconforme. Que si estando aquí no quiero estar, que si estando afuera se me explota el tricolor patrio, que si tengo trabajo me da fastidio, que si no tengo trabajo, no tengo nada qué hacer. Error


Yo renuncié a uno de los trabajos que tenía apenas volví de mis andanzas inglesas. Renuncié porque ya no podía más. Renuncié porque eso de trabajar y que no te reconozcan, es como bien chimbo. Entonces los primero días tenía una angustia mental terrible porque no iba a tener suficientes cosas para hacer. Y entonces todo el universo confabuló, y ahora no tengo tiempo para nada. 


Pero eso no es lo que me lleva a escribir hoy. Después del fulano episodio con Picaporte González (cada vez que lo digo suena el "turu ruru turu ruru" de Twilight Zone), he seguido con mis labores de producción, haciendo lo que se puede en un país de dementes donde no hay ni para donar anime. Entonces hacer producción se convierte en una película acompañada por música épica de Hans Zimmer, o en una obra del teatro del absurdo: porque, básicamente, no se consigue nada con facilidad. 


Entonces yo me stresso. Implosiono, a decir verdad, porque no digo que me stresso, y eventualmente, tengo escenas dignas de una exnovia. Es decir, me peleo con todo el mundo, ando de mal humor, nadie me entiende. Es como si estuviera en PMS todo el mes. Terrible. 


Y en uno de esos ataques histéricos, después de haber peleado con un pana (que de verdad, yo te digo, la conversación fue bien bélica y digna de pareja, sólo que en serio es imposible que pase por demasiadas razones), me caché en ese momento ex-novia psicótica. A saber: estaba esperando que el pana pusiera algo en el FB para poder cuaimatizarme más, borraba la conversación que tenía con él en el celular con toda la intención de que "se enterara" de que la estaba borrando.... Hay que ver que uno sí es idiota. 


¿Por qué será, digo yo, que una te hace eso, chico? Una te borra el mensaje de celular, pulsa esa tecla de "delete" y mira esa pantalla con tal odio como si se tratara del botón de autodestrucción del ser en cuestión. 

"Maldit@, maldit@, maldit@. No te voy a responder hasta que te arrastres" (esto va a acompañado de un grito histérico y un leve movimiento de lengua o presión en los dientes). 


Panita, hija de mi vida, mi misma en cuestión: la persona nunca se va a enterar de que estás arrecha con ella a menos de que la dejes de seguir en Twitter o lances una punta por esa vía. Nunca se va a arrastrar.


Sin dejar de mencionar la piquiña adolescente que entra en los dedos por publicar mensajes que a nadie le importa, cualquiera de las vías 2.0 es válida. Pero una te es digna, y sólo se dedica a mirar continua y ridículamente las actualizaciones del perfil, a ver si eres lo suficientemente importante como para que el resto del mundo sepa que tu pana se peleó contigo. Lo que se te olvida en el momento, es que el pana también es digno, y que antes muerto que sencillo, pues. Y no se va a poner como el resto de la humanidad, publicar cosas como: "Hoy es viernes yessss" (sí, sin coma). 


De verdad que la mayoría de la gente tiene un complejo de Rebeca Black por ese BB. Y entonces uno medio se reconcilia con el pana, sólo por el hecho de que no le pone un asterisco a su nombre o la carita con las pestañas, o porque simplemente no anda poniendo esas fulanas fotos de fondo negro con frases de Arjona y Coehlo en Times New Roman. 


Yo de verdad te digo que estoy llegando bajo. O sea, ya como no tengo con quién pelear, me peleo con los contactos del celular, ni siquiera con la persona en cuestión. Diría un sabio profesor de misses: "Psicóticas, todas los son." Y es que no, no te hay remedio, chico. Cuando las cosas no te salen como quieres, no te hay remedio. Pero basta, basta con que a uno algo le salga bien para entrar en pánico. 


Y es que es eso. Estoy como en pánico paralizante. Sustico, para alivianar un poco la palabra. 
Tengo tiempo sin saber moverme para ninguna parte, y por eso mi celular sufre las consecuencias. 



miércoles, 27 de junio de 2012

¿Esto es en serio?


Ok, lo que me acaba de pasar raya sobre lo absurdo, o bien acabo de ser protagonista de un capítulo de Lost. 

Resulta que este año eso de la actuación como que no se dio demasiado, entonces estoy produciendo. Y en esta ardua labor, pues toca tener que llamar a diferentes sitios, ser encantadora y hacer que todo suceda. En una de las obras que estoy produciendo, se necesitan pelucas para las actrices. Vale muy bien, que estoy buscando a Rapunzel para cortarle todo su cabello y conseguir de allí las pelucas que necesito.

Entonces llamo a un sitio llamado Hair Center de Venezuela. Y sucede la siguiente conversación: 


Él: Pelucas 2012, buenas tardes
Yo: Buenas tardes, ¿me comunico con Hair Center de Venezuela?
Él: Sí, en efecto. 
Yo: Hola, buenas tardes, estoy llamando porque soy la productora de la nueva obra de la actriz tal... y necesito hablar con alguien de mercadeo para hablar sobre una posibilidad de intercambio. 
Él: Ajá, dígame. 
Yo: ¿Hablo directamente contigo, o existe una persona para el área de mercadeo? 
Él: Conmigo, directamente. 
Yo: (Risa de puta que necesita algo) ¿Me das tu nombre, por favor?
Él: Picaporte González
(Patricia respira hondo y aguanta la risa). 
Yo: Hola, qué tal. Te estoy llamando porque como ya te dije, estoy produciendo la nueva obra de la actriz tal, y necesitamos cuatro pelucas de cabello natural para la pieza... 
Él: ¿Pero tienes los cadáveres?
(Patricia respira aún más hondo, pero ahora ríe nerviosamente para sus adentros, pensando que en cualquier momento alguien le va a llegar por detrás para matarla). 
Yo: ¿Disculpa? ...No... 
Él: Nosotros sólo trabajamos con cabello natural extraído de cadáveres. Cuando tengas el cadáver, me lo traes y te hacemos la peluca.
Yo: Ah... Vale... Muchas gracias

...Click....


Patricia se queda un rato viendo el teléfono convencida de que acaba de hablar con Bart Simpson y ella es Moe. Patricia piensa que lo que acaba de sucederle es insólito y que le acaban de mamar gallo, pero del bueno. Patricia escribe este post y luego piensa... "Coño, no es tan decabellado (oportuna la palabra) que eso se haya convertido en un negocio con el poco e gente que se muere todos los días.". Patricia investiga que, de hecho, hay pelucas hechas de gente muerta (y se escucha el susurro de "I see dead people"). 


Entonces todo deja de ser tan sospechoso hasta que recuerda el nombre del pana que le atendió: ¡¿Picaporte?! Esto definitivamente es una nueva estrategia para rechazar un patrocinio, pues. 


"Cuando consigas el cadáver te hacemos la peluca". Deja que voy un momentico al mercado y te los mando... 


¡Brother!¿Qué carajo acaba de pasar? No quiero volver a llamar a ningún sitio de pelucas. 


Patricia está en pánico. Patricia no entiende en qué momento empezó a sonar la música de Nuestro Insólito Universo.