martes, 31 de julio de 2012

Mi abuela se cree princesa de Disney

Últimamente me está pasando que me despierto de mal humor, o vuelvo de mal humor a la casa. Muy mal. Sé cuáles son las razones, pero revelarlas aquí es medio Revista Tú, y no, qué falta de glamour. Durante el día se va componiendo la cosa y me voy arreglando el estado de ánimo a punta de distracciones y de chistes que hago sobre mí misma o sobre alguien más. 


Pero hay un antídoto infalible para mis tribulaciones. Escuchar a mi abuela. Con el paso de los años esa mujer tiene cada vez más achaques, pero con esos achaques también vienen ideas hilarantes que la convierten en un personaje que algún día yo representaré. 


El mismo día que sucedió lo de Picaporte González, quiero decir, minutos después de que yo viviera ese episodio, entré corriendo a la cocina en busca de un vaso de Coca-Cola (light) que ahogara mi asombro, y lo que escucho es a esa octogenaria diciendo en voz de rezo: 


"Perdona a mi esposo, señor." Mi abuela es divorciada. Desde hace años que se dejó de eso del matrimonio, por razones más que justificadas, y mi abuelo se murió hace 2 años ya. Y entonces mi abuela le pide al señor que lo perdone.


La escena se vuelve más kitsch cuando observas a la abuela de esta servidora orándole a la pantalla de la televisión, porque es que ella ve misa por televisión, pues. Ya que no puede ir diariamente, como solía hacerlo, pues entonces ella prende su TV Familia y ve su misa, religiosamente (valga la redundancia) todos los días. Y escucha a un señor cura, árabe o algo así, que pide que le cure hasta las pestañas... Y luego canta a destiempo, y yo me divierto. Lo siento. Que una señora de 80 y muchos le pida al Señor que perdone a su ex-esposo, me da risa.


Luego vienen los "remedios" caseros que tiene para todo: Para la digestión, cuando come comidas pesadas, la mujer se toma medio vaso de Coca-Cola (light, porque no le queda de otra) para que "le baje la comida". Sí, una bebida gasificada a ella le sienta bien en el estómago para la digestión. Y ponerse derecho cuando ya se está lleno, mientras comes, hace que te quepa más comida.


Ella no come nada después de que se cepilla los dientes, camina de un lado al otro después de comer, no come chocolate, a menos que sea blanco y no come nada que tenga grasa, a menos que sea un combo de Mc Donald's. Ronald, hiciste bien tu trabajo, hasta los viejos engullen tu comida. 


Anda con un afán porque recemos un rosario que le debemos a una tal María Francia, desde que me gradué, porque gracias a ella fue que yo salí bien en la tesis. Y siempre me dice que ya es hora de que me ponga a rezar. En dos platos: 


Mi abuela me está diciendo que me voy a quedar para vestir santos. 

Le pela el diente a todos los amigos que traigo a la casa, no vaya y sea que alguno tenga algo conmigo y le toque ser simpática. 


Llama a la lluvia "invierno". Entonces cuando llueve dos veces durante el día dice: "Hoy cayeron dos inviernos por la casa. Qué buen invierno (queriendo decir: Qué fuerte está lloviendo)."


Ay, nanita (así le digo), si vivieras en Canadá, sabrías lo que es un invierno. Cada vez que cae un "invierno" se angustia por sus nuevas mascotas: los pájaros que rondan por mi casa. Su nueva distracción es regar alpiste por toda la casa y que los pajaritos vengan a comer. Mi abuela se cree princesa de Disney (el que se haya imaginado a mi Nana cantando la canción de Encantada se lleva puntos extras en mi corazón), entonces los pájaros invaden la casa, se meten en mi cuarto y me revolotean por la cabeza. No, en la vida real los pajaritos no te hacen el vestido de baile para ir a conocer a tu príncipe, te revolotean en la cabeza. 


Hoy dijo que mi mamá estaba bostezando mucho, que eso es síntoma de resfriado (¿?). Eran las 10 y media de la noche cuando mi mamá bostezó mucho, eso... eso no es sueño. Con toda la convicción del mundo, esa mujer está convencida de que no hay estornudo ni tos que valga para identificar una gripe, es el bostezo lo que te hace tomar Teragrip. Ella no se resbala, ella se "refala", y puede que ese "refalón" te haga darte un golpe en el "hueso e' la garizapa", o sea, el coxis. 


Que el mundo no me malinterprete, no soy cruel por burlarme de mi abuela, porque eso lo hago con todo el mundo. Esto es un tributo a sus invenciones, a sus achaques y locuras que hacen que yo pueda reírme y no angustiarme por ella. Esa vieja conmigo hasta chismea de los demás. Conmigo ha sido con la única nieta que ha hablado de "sexo y esas cosas.". Esa jeva arrugadita es mi pana, pero tengo que admitirle que me da demasiado material. 

domingo, 29 de julio de 2012

No, it's not that kind of call

Yo debo tener algún desorden psicológico que tienda al suicidio doloroso, lento y tortuoso. Estas últimas semanas no han sido más que un absurdo de tortura, stress y ocupaciones varias, de las cuales sólo una me hace sentir completamente plena. 


Absurdo. ¿Quién, en su sano juicio, se somete a tanta vaina y masoquismo si no pretende acabar con su espíritu? Yo.


Hola a todos, soy Patricia y tengo tendencias suicidas. (Se escucha la respuesta de todos los miembros del gremio teatral venezolano: "Hola, Patricia".). 


He tenido situaciones insólitas desde ensayos de madrugada hasta dramones absolutamente innecesarios. Dicho sea de paso, he sacrificado ver a gente que no vive en este país por cumplir con mis obligaciones. Me estoy convirtiendo en una workholic de primera, pero como yo no trabajo en una oficina, entonces soy una intensa. 


En uno de estos días dementes que han transcurrido, pues como que mi celular no aguantó la presión y tuvo un intento suicida más efectivo: Se me cayó en lo que iba bajándome de un carro y ahora está desfigurado como Marisol, la de la novela. No tiene cara, o sea, no tiene pantalla. 


Es decir, ahora soy una forever alone del mundo, porque sin celular (maldigo a nokia, blackberry, motorola, samsung y apple) una  te es nadie. Entonces procedo a advertirle a las personas con quienes más me comunico, que mi celular tuvo un ataque kamikase y ahora es como la parte cubierta de la cara del fantasma de la ópera. No se lee ni medio mensaje... La pantalla está en blanco... en blanco. Mi celular se convirtió en un rubio de LA que está en blanco. 


Yo avisé por twitter, por facebook, por señales de humo, que mi celular murió... Sin embargo, sigo recibiendo mensajes y la fulana lucecita roja me atormenta la vida porque sé que alguien quiere comunicarse conmigo y yo no sé quién demonios es. 


Por supuesto, esto pasa en el día 28 de mi mes, cuando asumo que ya pasó el fulano Mercurio retrógrado (porque a mi las cosas buenas me pasan mientras el pana planeta está atravesado, no cuando ya pasó la vaina) y cuando tengo ochenta mil llamadas por recibir. Estando pues en esos días que los hombres no pueden mencionar porque no saben cómo hacerlo (por alguna razón les asusta la palabra "menstruación"), yo estoy un poquito más... más... proclive a explosiones e implosiones repentinas a lo Katy K-boom. O sea, que estoy pasada de marica y no razono con un poco de lógica (si es que en algún momento lo hago). 


Entonces la fulana lucecita roja me aturde, me aturde en serio, y yo, en lugar de pensar que puede ser alguna de las actrices o actores, directores, asistentes o afines de alguna obra, que puede ser alguien que necesite de alguna información, alguien con quien me haya comunicado con frecuencia últimamente, no... Yo me pongo a pensar en que, como Murphy me ama, esa lucecita roja implica un bootie call... Porque una te es así de absurda. 


Entonces cada vez que el perol ese vibra, porque ni siquiera es que lo tenía con sonido cuando intentó matarse (fue un intento de suicidio silente), yo no tengo ni idea de qué es lo que me está llegando. Ergo, empiezo a ponerme creativa y pensar que el ser (que no es el de mi vida, obvio), me quiso escribir. Claro, bellísima, porque el pana que nunca escribe va a escribir cuando tú lo invocas con la mente. No reina, no funciona así y ya lo sabemos. 


Es alguien mandando una cadena que dice que hoy es el día de la pestaña y se acordó de tus pestañas. Esas pasjuatadas del bootie call contigo no pasan, no tan seguido al menos. No mi reina, eso fue un tweet que alguien puso de favorito o un "like" que alguien le dio a algún comentario. Alguien te agregó a algún grupo o alguien sigue preguntando si vamos a tener clase del taller en el mismo sitio de siempre, a la misma hora y por el mismo canal. 


No es un bootie call, chica. Porque tu no vives en el mundo de Gossip Girl. Tú estás aspirando más hacia Sex on the City, pero en verdad eres parte del elenco de una vaina así como The Middle, o de "Conversaciones con la Madre Sor Juana Inés de la Cruz",  una vaina en la que no te hay de eso que llaman Sex, y mucho menos on the City. 


En todo caso, que hay que cambiar de celular, a ver si recuperamos un poco las distracciones que me hacen ser un poco más rubia. 

lunes, 23 de julio de 2012

Ta-cho

Es legal. Yo tengo tiempo para muy pocas cosas, y de verdad, no he tenido ni un pestañeo para revisar este coroto virtual, y mucho menos escribir en él. 


El tiempo pasa volando, súper cliché pero es así. La semana pasada fue una demencia compuesta por siete días, unos más insólitos que otros, protagonizados por una palabra que ya me crispa los nervios y por actitudes que hacen que una te dude sobre seguir en el "chou bisnes" (show business para los entendidos). 


Los pocos tiempos para respirar los dedicaba a revisar twitter para ver cómo iba la vida en el mundo, y para chismosear las actualizaciones de mis contactos en el teléfono, porque sentía que no los veía desde hacía diez años. 


Y la maña se me quedó en este inicio de semana. cuando me dispuse, después de unas merecidas horas de sueño, a levantar mi teléfono, desenchufarlo de su cargador y revisar las actualizaciones de mis contactos. 
Entonces leo lo siguiente: 


"Orgullosa ex-teresiana desde hace 10 años." O algo por el estilo, de una de mis ex-compañeras de colegio. 


Ya va.... ¿Qué? Tacho, tacho, tacho... ¿De verdad dejé de hablar con mis contactos por tanto tiempo? ¿10 años?


Y majomenos, ¿en qué demonios momentos se fueron esos diez años? Ta-cho. Yo todavía me acuerdo de la llorantina que armamos todas porque no me dejaron leer el discurso que yo quería leerles el día del acto (que le hubiera dado un coma a cualquier diabético, pero en el momento, yo era cursi y le decía a la gente lo especial que era, porque era adolescente, pues), yo todavía recuerdo nuestros "cuartos de hora" de quinto año, que, básicamente, consistían en robarnos el radio y escuchar música o lo que fuese. Las líneas de conga que bailábamos en primero de humanidades, la manoseadera que yo tenía con mis amigas frente a las monjas, sólo para sacarles la piedra...


Chica, yo todavía me acuerdo de los nombres de los amores y dolores de casi todas mis compañeras (las amigas) de bachillerato. 


¿Cómo así que yo me gradué hace 10 años de bachiller? Pero, ¿quejeso? Santa Teresa de Jesús (motivo de la existencia de las teresianas y disfraz de alguna profesora todos los años durante el pregón) decía: 


Nada te turbe 
Nada te espante
Todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia todo lo alcanza
Quien a Dios tiene nada le falta
Sólo Dios Basta. 


(La teresiana que haya leído esto y no haya cantado la canción en su cabeza, perdió esos reales, les voy diciendo desde ya) 


Tacho, Teresita, tacho. Dios me abandonó al dejar que envejeciera. Todo me turba al pensar que han pasado diez años, una década, desde que yo dejé ese colegio. Nada se pasa, jeva. Nada se pasa porque este trauma de sentir que se me cuartea la piel es cabilla, ¿oyó? Coño, Teresa, para ti es fácil decirlo. Tú eres doctora de la Iglesia, y vaina. Tú eres inmortal, pana. Pero ¿y yo? Yo soy la pana que hablaba de la monja mocha en el colegio, de ahí no salgo. 


Si la paciencia todo lo alcanza, pues me vas dando bastante de esa para esperar la pastilla que me dé la eterna juventud. Porque eso de que diez años se fuesen así, tan de golpe, yo te digo de verdad... Es como una falta de tacto de parte de tu pana, el que sólo basta. 


Si yo todavía me acuerdo del libro de vida, la madre Francisca, la madre María Rosa intentando que una te medio cantara "Aprendiz de Paloma" y de la madre Aurora gritando "Rémoras". Pana, yo todavía tengo fresca la rebeldía de usar la falda por encima de la rodilla, sólo por joder. Tú me tienes que estar jugando una muy fea, Teresa. Porque el tiempo pasó muy rápido y yo ni cuenta me di. 


Y para colmo de males, ya yo en trauma histérico por esta vaina, me doy cuenta que una de mis sobrinas (culo limpiado de por medio y cambiada de pañales respectiva), ya tiene cédula


Tacho, pana, tacho. Bájenle dos al mundo, que nos vamos a estrellar. 

domingo, 8 de julio de 2012

Escena de ex-novia psicótica



Yo no entiendo muy bien cómo es que funciona el cosmos. Yo ya he hablado en este lugar sobre el desequilibrio cósmico que existe por culpa de Brangelina (y ni me quiero imaginar la catástrofe que se avecina cuando esos dos tengan su rumbón de matrimonio), pero cada día la lógica universal a mí se me hace como más absurda. 


Resulta que uno siempre está inconforme. Que si estando aquí no quiero estar, que si estando afuera se me explota el tricolor patrio, que si tengo trabajo me da fastidio, que si no tengo trabajo, no tengo nada qué hacer. Error


Yo renuncié a uno de los trabajos que tenía apenas volví de mis andanzas inglesas. Renuncié porque ya no podía más. Renuncié porque eso de trabajar y que no te reconozcan, es como bien chimbo. Entonces los primero días tenía una angustia mental terrible porque no iba a tener suficientes cosas para hacer. Y entonces todo el universo confabuló, y ahora no tengo tiempo para nada. 


Pero eso no es lo que me lleva a escribir hoy. Después del fulano episodio con Picaporte González (cada vez que lo digo suena el "turu ruru turu ruru" de Twilight Zone), he seguido con mis labores de producción, haciendo lo que se puede en un país de dementes donde no hay ni para donar anime. Entonces hacer producción se convierte en una película acompañada por música épica de Hans Zimmer, o en una obra del teatro del absurdo: porque, básicamente, no se consigue nada con facilidad. 


Entonces yo me stresso. Implosiono, a decir verdad, porque no digo que me stresso, y eventualmente, tengo escenas dignas de una exnovia. Es decir, me peleo con todo el mundo, ando de mal humor, nadie me entiende. Es como si estuviera en PMS todo el mes. Terrible. 


Y en uno de esos ataques histéricos, después de haber peleado con un pana (que de verdad, yo te digo, la conversación fue bien bélica y digna de pareja, sólo que en serio es imposible que pase por demasiadas razones), me caché en ese momento ex-novia psicótica. A saber: estaba esperando que el pana pusiera algo en el FB para poder cuaimatizarme más, borraba la conversación que tenía con él en el celular con toda la intención de que "se enterara" de que la estaba borrando.... Hay que ver que uno sí es idiota. 


¿Por qué será, digo yo, que una te hace eso, chico? Una te borra el mensaje de celular, pulsa esa tecla de "delete" y mira esa pantalla con tal odio como si se tratara del botón de autodestrucción del ser en cuestión. 

"Maldit@, maldit@, maldit@. No te voy a responder hasta que te arrastres" (esto va a acompañado de un grito histérico y un leve movimiento de lengua o presión en los dientes). 


Panita, hija de mi vida, mi misma en cuestión: la persona nunca se va a enterar de que estás arrecha con ella a menos de que la dejes de seguir en Twitter o lances una punta por esa vía. Nunca se va a arrastrar.


Sin dejar de mencionar la piquiña adolescente que entra en los dedos por publicar mensajes que a nadie le importa, cualquiera de las vías 2.0 es válida. Pero una te es digna, y sólo se dedica a mirar continua y ridículamente las actualizaciones del perfil, a ver si eres lo suficientemente importante como para que el resto del mundo sepa que tu pana se peleó contigo. Lo que se te olvida en el momento, es que el pana también es digno, y que antes muerto que sencillo, pues. Y no se va a poner como el resto de la humanidad, publicar cosas como: "Hoy es viernes yessss" (sí, sin coma). 


De verdad que la mayoría de la gente tiene un complejo de Rebeca Black por ese BB. Y entonces uno medio se reconcilia con el pana, sólo por el hecho de que no le pone un asterisco a su nombre o la carita con las pestañas, o porque simplemente no anda poniendo esas fulanas fotos de fondo negro con frases de Arjona y Coehlo en Times New Roman. 


Yo de verdad te digo que estoy llegando bajo. O sea, ya como no tengo con quién pelear, me peleo con los contactos del celular, ni siquiera con la persona en cuestión. Diría un sabio profesor de misses: "Psicóticas, todas los son." Y es que no, no te hay remedio, chico. Cuando las cosas no te salen como quieres, no te hay remedio. Pero basta, basta con que a uno algo le salga bien para entrar en pánico. 


Y es que es eso. Estoy como en pánico paralizante. Sustico, para alivianar un poco la palabra. 
Tengo tiempo sin saber moverme para ninguna parte, y por eso mi celular sufre las consecuencias.