Pero hay un antídoto infalible para mis tribulaciones. Escuchar a mi abuela. Con el paso de los años esa mujer tiene cada vez más achaques, pero con esos achaques también vienen ideas hilarantes que la convierten en un personaje que algún día yo representaré.
El mismo día que sucedió lo de Picaporte González, quiero decir, minutos después de que yo viviera ese episodio, entré corriendo a la cocina en busca de un vaso de Coca-Cola (light) que ahogara mi asombro, y lo que escucho es a esa octogenaria diciendo en voz de rezo:
"Perdona a mi esposo, señor." Mi abuela es divorciada. Desde hace años que se dejó de eso del matrimonio, por razones más que justificadas, y mi abuelo se murió hace 2 años ya. Y entonces mi abuela le pide al señor que lo perdone.
La escena se vuelve más kitsch cuando observas a la abuela de esta servidora orándole a la pantalla de la televisión, porque es que ella ve misa por televisión, pues. Ya que no puede ir diariamente, como solía hacerlo, pues entonces ella prende su TV Familia y ve su misa, religiosamente (valga la redundancia) todos los días. Y escucha a un señor cura, árabe o algo así, que pide que le cure hasta las pestañas... Y luego canta a destiempo, y yo me divierto. Lo siento. Que una señora de 80 y muchos le pida al Señor que perdone a su ex-esposo, me da risa.
Luego vienen los "remedios" caseros que tiene para todo: Para la digestión, cuando come comidas pesadas, la mujer se toma medio vaso de Coca-Cola (light, porque no le queda de otra) para que "le baje la comida". Sí, una bebida gasificada a ella le sienta bien en el estómago para la digestión. Y ponerse derecho cuando ya se está lleno, mientras comes, hace que te quepa más comida.
Ella no come nada después de que se cepilla los dientes, camina de un lado al otro después de comer, no come chocolate, a menos que sea blanco y no come nada que tenga grasa, a menos que sea un combo de Mc Donald's. Ronald, hiciste bien tu trabajo, hasta los viejos engullen tu comida.
Anda con un afán porque recemos un rosario que le debemos a una tal María Francia, desde que me gradué, porque gracias a ella fue que yo salí bien en la tesis. Y siempre me dice que ya es hora de que me ponga a rezar. En dos platos:
Mi abuela me está diciendo que me voy a quedar para vestir santos.
Llama a la lluvia "invierno". Entonces cuando llueve dos veces durante el día dice: "Hoy cayeron dos inviernos por la casa. Qué buen invierno (queriendo decir: Qué fuerte está lloviendo).".
Ay, nanita (así le digo), si vivieras en Canadá, sabrías lo que es un invierno. Cada vez que cae un "invierno" se angustia por sus nuevas mascotas: los pájaros que rondan por mi casa. Su nueva distracción es regar alpiste por toda la casa y que los pajaritos vengan a comer. Mi abuela se cree princesa de Disney (el que se haya imaginado a mi Nana cantando la canción de Encantada se lleva puntos extras en mi corazón), entonces los pájaros invaden la casa, se meten en mi cuarto y me revolotean por la cabeza. No, en la vida real los pajaritos no te hacen el vestido de baile para ir a conocer a tu príncipe, te revolotean en la cabeza.
Hoy dijo que mi mamá estaba bostezando mucho, que eso es síntoma de resfriado (¿?). Eran las 10 y media de la noche cuando mi mamá bostezó mucho, eso... eso no es sueño. Con toda la convicción del mundo, esa mujer está convencida de que no hay estornudo ni tos que valga para identificar una gripe, es el bostezo lo que te hace tomar Teragrip. Ella no se resbala, ella se "refala", y puede que ese "refalón" te haga darte un golpe en el "hueso e' la garizapa", o sea, el coxis.
Que el mundo no me malinterprete, no soy cruel por burlarme de mi abuela, porque eso lo hago con todo el mundo. Esto es un tributo a sus invenciones, a sus achaques y locuras que hacen que yo pueda reírme y no angustiarme por ella. Esa vieja conmigo hasta chismea de los demás. Conmigo ha sido con la única nieta que ha hablado de "sexo y esas cosas.". Esa jeva arrugadita es mi pana, pero tengo que admitirle que me da demasiado material.