Hace mucho tiempo, cuando empecé en este asunto que llaman "hacer teatro", yo me prometí que nunca haría una obra infantil o cantada, por traumas de autoestima que me trajo una pieza en específico.
Pobre ingenua.
Pero en el asunto de los musicales es más que amor, frenesí. Yo no entiendo qué es lo que pasó, en qué fallamos, pero yo disfruto infinitamente ver y escuchar un género que muchas personas consideran ridículo.
Kurt, el personaje de Glee (serie de TV que amo, por supuesto), dijo en algún momento que ama los musicales porque todo es exagerado, porque un beso es el máximo de intimidad que puede haber en los personajes y nadie se tiene que preocupar por el arte de la seducción. No fueron las palabras exactas, pero sí, por ahí iba la cosa.
El asunto es que estoy de acuerdo con Kurt. Yo soy un sapo en el arte de la seducción y soy exagerada. Soy un bicho verde que tiene la gracia de una guayaba (ya luego explicaré esta frase, en otro post) y de sexy tengo sólo la "S" final de mi segundo apellido.
Lo de bicho verde me lleva, entonces, a mi máxima pasión en cuanto a musicales se refiere:
WICKED.
No sólo se trata de que yo toda mi vida me he sentido un bicho verde, no. Ni tampoco se debe a mi preocupante fijación con las brujas y malvadas de todo cuento. Ni un poquito es eso. Es que este musical, ya mundialmente conocido, le da una oportunidad a los "malos" de la historia. Y te das cuenta de que el bicho verde, es verde por algo, te das cuenta de que el bicho verde tiene sentimientos, y te das cuenta de que el bicho verde, al fondo a la derecha, es un ser que quiere y padece, a pesar de su fama.
O sea, soy yo.
En dos platos: tengo fama de mala en muchos escenarios, y no correspondo con el patrón de belleza común. Porque de verdad, quien se fije en una ser con piel verde tiene que estar un poco loco (más a mi favor con respecto a mi teoría de los recogelatas chic).
En otros dos platos: es muy fácil dejarse llevar por la opinión de los demás, como le pasa a G(a)linda en esta historia. Es muy fácil decir, cuando quisiste a alguien, que es lo que los demás dicen, para simplemente quedar bien.
A las G(a)lindas del mundo les digo: Cómprense una personalidad, hay bastantes en rebaja.
Esta historia a mí me llega al corazón, justo debajo de la "lola" izquierda hay un músculo verde que se mueve al compás de las canciones de este musical. Porque yo me la paso verde, porque tengo fama de mala y porque hay que echarle bolas a la vida para encaramarse en una escoba y mandar todo al carajo mientras cantas notas inalcanzables, montada en un perol que te sube a mil metros de altura.
Esta bruja verde es la principal deidad de mi religión, porque ella logró salir adelante. Porque dejó todo por sus creencias y porque me demostró que los sapos verdes también encuentran sus espantapájaros, no importa cómo.
Esta pana sabe que nadie en Oz la va a joder. Y así es como tiene que ir uno por la vida. A pesar de que el agua te derrita.
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