martes, 15 de diciembre de 2009

Nicotina (II)


Se me antoja que te quedes mirándome mientras la nicotina me contamina de ti
Se me antoja que el humo me llegue hasta la pituitaria (o hasta el himen) y me contamine todo el cuerpo
Se me antoja que no sepas dejar de morderte los labios mientras me muero de ganas de besarte
Sin duda, se me antoja que me inhales hasta convertirme en colilla, hasta no ser más que ceniza de un fuego que arde por segundos
Toma tus dos dedos y colócalos en mi cuerpo (donde prefieras) y luego inhálame
Se me antoja la corrupción, la depravación más pura, la seducción, por supuesto, pero, sobre todo, la exaltación de cada uno de mis puntos cardinales
Nicotina y boca viciosa. Fumemos en cojines verdes, hasta el amanecer, convirtámonos en colillas.
Luego, eventualmente, me pisarás

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