domingo, 29 de enero de 2012

El Piche Club

Uno sabe que la está pasando bien cuando se le olvida cumplir con esas costumbres autoimpuestas de las que disfruta. Por ejemplo: escribir en este blog. Me encanta hacerlo pero se me ha olvidado. Para mí no es una obligación, es un hábito que quiero fomentar. Pero, seamos honestos, la estoy pasando muy bien en tierras extranjeras. 


Desde que empecé este nuevo trimestre en la universidad (el último que me queda por ahora en tierras del primer mundo) la he pasado bomba. Mis nuevos compañeros son muy panas, muy guais, muy buena onda, cool, o como quieras decirlo. Tenemos muchas cosas en común, y eso es lo que me lleva a escribir este post. 


Por alguna extraña razón que desconozco, el imán que tengo hacia la gente piche se ha hecho más que evidente durante las últimas tres semanas. Y para evitar ofender a nadie (y si se ofenden es porque no me imaginan hablando mientras leen este post), definamos, pues, a la gente piche: 


Piche en venezolano significa podrido, fuera de la fecha de consumo, en proceso de fermentación. En dos platos: si te lo comes a pesar de que ya le echaste una olida y sabes que huele mal, vas a tener una indigestión segura. Si a pesar de la advertencia decides comértelo, eso ya es tu peo. 


Hace ya algún tiempo definí el tipo de hombre que me gusta y que una vez a la cuaresma -con suerte- puedo llegar a levantarme. Los fulanos recogelatas chic. La gente piche está bastante cercana a este tipo de seres (y viceversa), pero la diferencia es que a mí no me provoca morderlos. 


La primera condición de una gente piche es estar piche por dentro (de ahí el nombre, pues). O sea, no es que huelas mal, mi amor. No. El asunto de la pichez es que no estás en tu mejor estado, ergo, todo lo que puedas sentir o pensar está en turbulencia. Yo atraigo a ese tipo de gente. 


Lo siento, amigos y amigas previas, lamento decirles que son unos piches. 

Porque no sólo se trata de complicaciones por problemas varios, el asunto está en la intensidad con que se vive esa complicación. La obsesión masoquista, el exceso de drama, la búsqueda constante del spot light para decir "tengo un problema, lloro, y no sé cómo solucionarlo." Es lo que la gente conoce como los "intensos" y "sensibles" de la sociedad, porque somos artistas. 


Así es la gente piche, pero no sólo eso. No sólo se limita a complicarse con emociones y pensamientos. NO. También se complica con las situaciones en las que se ve incluído. Condición sine qua non de la gente piche: enrollarse con un ser cercano que lo conoce demasiado bien y que, one de repente, ha decidido iniciar "algo más que una amistad". Complicación innecesaria y romanticismo extremo.  También aplica empezar a sentir más de la cuenta por alguien que no se supone que debería ser un "más de la cuenta". 


Eso hay que dejárselo a las novelas de Venevisión (y RCTV cuando vuelva) y a Televisa. O bueno, si queremos ser un poco más internacionales: dejemos esas tramas ridículas para Jennifer Anniston y sus 80 mil comedias románticas. 


La gente piche no nació cuando tenía que haber nacido. No comparte los gustos musicales de su época, ni le gusta vestirse con la moda nefasta de su generación. A la gente piche le gusta lo vintage, lo de segunda mano, lo que probablemente tenga ácaros y ácaros de historia. Porque a un miembro del Piche Club le gusta crearse historias y significados de todo. Le encuentra un significado hasta a los lunares propios. 


La gente piche se cree alternativa. Somos únicos en nuestra especie, nadie nos puede imitar porque somos demasiado originales (risa interna que se burla de mí misma). Leemos vainas como Alejandra Pizarnik, Virginia Woolf -por irse con los que puedan ser más populares- y vemos películas en donde no explota nada. Porque somos tan requete cool que nadie puede pensar igual que nosotros o verse como nosotros. Basta que alguien nos imite para cambiar de estilo. Te somos cultos y usamos lentes de montura cuadrada cuando nadie lo hace, y cuando se vuelve trendy, empezamos a usar la ropa de nuestra abuela en modo de protesta. 


Amigos piches (y me incluyo): 


Aceptemos que los hipster, indie, hippies y demás tendencias fashionistas existen. No hay nada malo con eso. 

El asunto está en que los piches se atraen unos a otros y eso es algo inevitable. Sería muy radical generalizar y decir que los piches son sólo artistas. Porque estoy segura que algún ingeniero, abogado o administrador del mundo es un piche también. Y lo sé porque tengo amigos de este gremio, y, evidentemente, si son mis amigos, están piches. 


La pichez no se quita y tal vez sea demasiado para el común denominador. Pero el queso es leche piche, el jamón serrano es jamón podrido de años y ni hablemos de proceso de fermentación de las uvas


Sí, la pichez es complicada, y no todo el mundo la entiende. Pero ¿quién dijo que todos los paladares saben cómo catar un buen vino? 

1 comentario:

Lore dijo...

ME ENCANTAAAAA!!!!!! Y sí, chica, yo soy una integrante del PICHE CLUB, a mucha honra! jajajajaja Love u.