martes, 2 de octubre de 2012

Ni-ni

Hola, sí. Esta semana es más o menos imposible bajarle dos a la vida política en mi país. Inevitable. La razón por la que me devolví del sitio donde estaba felizmente danzando en la pradera fue esto. Sí, puede que sea masoquista, pero hay patriotismos románticos que una no te pierde. 

Y bueno, debo decir que no soy caprilista, ni chavista. Yo soy venezolana. Estando afuera a mí se me explotó la luz, el aroma en la piel y el cuatro en el corazón. Yo soy venezolana y me cansé de ser un stand de turismo político afuera. No, no es la razón por la que me devolví ni la razón por la que no estoy con el actual gobierno. Tampoco soy ni-ni. Soy venezolana y por eso voy a ir a votar el domingo.

Para aquellos que son ni-ni, que no se inscribieron afuera, que no se vinieron a votar, pues me alegro de que tengan la capacidad de desligarse de su país. Yo no, yo soy pegada. Yo me doy los besos con alguien y ya me pego, imagínense lo que me pasa con un alguien con quien he vivido por 26 años.  A quienes no van a votar, pues los felicito por la buena suerte que han tenido de no enterarse de un secuestro o un asesinato cercano. Aprovechen su suerte y juéguense el Kino. 

No, tal vez Capriles no sea un mesías (evidentemente el de los 14 tampoco lo fue), pero para mí representa un cambio. No creo en él, sino en la esperanza que implica en mi vida: salir de esto, volver a mirar a alguien en la calle y no sentir miedo. Es más, respeto a los que van a votar por Voldemort. Porque ellos creen en alguien. Lo siento, a quienes no respeto es a los anarcos wannabe que creen que porque no creen en el show político saben más que los demás. 

Yo tampoco creo en política. No creo en nadie, nunca. Pero necesito cambiar, y por eso voy a votar. Se que el cambio no llega al día siguiente, pero quiero creer que va a llegar. 

¿Que es preferible protestar en silencio si no estás de acuerdo? Pues entonces quédese en una montaña en el fin del mundo con sus protestas y hable con Wilson, que seguro lo está esperando para escucharlo en una isla desierta. El país necesita todas las curas y suturas del mundo para volver a unirse, y usted, el ni-ni, lo que está haciendo es cortar con bisturí. 

A quienes les salía muy caro moverse de su casa en el exterior para el centro de votación más cercano, créame que el pasaje para irse definitvamente le debió salir el triple, si tomamos en cuenta el costo e' la vida que sube otra vez en este país. 

Estoy radical. Lo siento. O se moja el chiquito o no la pasamos bien. 

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