lunes, 1 de agosto de 2011

Debe ser porque...


En serio quiero ser jocosa esta semana. Pero te lo juro que eso no se me da del todo bien cuando (ya sé que estoy monotemática) el fulano estreno tiene dos días de espera. 


Yo sé que la gente cree en mí. La que vale la pena sí cree. Peor igual el miedito ese, sabroso por cierto, está inevitablemente ahí, desde hace una semana. 


Por ahí le leí al gurú del blog venezolano, Toto Aguerrevere, que capaz porque era julio, todo se había ido un poco a la mierda. Creo que es así. Lo mío se debe al stress y a esperar respuestas que se están tardando demasiado en llegar. 


Todo se ha resumido a una rutina agotadora que me ha convertido en una especie de maquinita de trabajo. Creo que estoy al mismo nivel de la computadora con la que trabajo día a día. 


Me levanto a horas vergonzosas de lo tarde que es, pero a la hora de la verdad, disfruto dormir demasiado. 


Me baño... como... trabajo.... fumo mientras la máquina trabaja...
Hablo tonterías con los de mi trabajo... me vuelvo a sentar. 
4 de los 7 días ensayo... llego a casa... antes de pisar mi cuarto, ceno.... 
Prendo la TV... me acuesto... me vuelvo a parar...
Trabajo hasta las 4 am... me vuelvo a acostar. 


No duermo. 

Me acuesto viendo hacia la ventana, porque de ese lado la cama está vacía. 
Miro a la almohada a los ojos. Me volteo porque ya me di cuenta de que está vacía. 
Me abrazo a mi misma. Me invento alguna historia para dormir. 
Finalmente, me duermo. 


Todos los días la misma rutina, las mismas manías. 

Y siempre, siempre, imagino que me sonríes y me hablas al oído. 
Siempre diciéndome: "¿Te vas a voltear?"
... Es que yo lo evado todo...


Sí, debe ser porque era julio, o porque será noviembre, o porque mayo nunca llegó. Debe ser porque llegó agosto, porque estreno dentro de poco, porque en este mes cumplen demasiadas mitades importantes. 


Debe ser porque te extraño. Debe ser porque no estás. 

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