domingo, 15 de abril de 2012

The Big Brother is watching me

Yo creo que lo que sea que gobierna el mundo lee este blog de alguna forma. Estoy convencida de que Dios, Alá, Buda, el Papa, Tom Cruise o Lady Gaga me observan desde alguna parte y presionan un botón rojo cada vez que yo digo algo en esta taguara (bar de mala muerte, para los más floridos en el habla venezolana). 

Yo me estaba quejando hace dos posts (creo que me gusta esta medida de tiempo) porque estoy deprimida y lo evado con cosas tontas, como cambiar el diseño de este mercado de ideas esporádicas. Pues resulta que bastó y sobró que yo le diera click al botón de "publicar entrada", para que me saliera cuanta cosa se me ocurriese para ocupar mi tiempo. Y lo bueno, ocupar el tiempo en algo que me gusta.

No quiero hablar demasiado, primero, porque la envidia también se transmite virtualmente, y segundo, no vaya y sea que Tom presione el botón "abort the mission" porque me vea demasiado feliz. Y además porque llegará el momento de hacer la respectiva publicidad para eso que ahora me ocupa mucho tiempo. Prefiero decir, simplemente, que ahora puedo evadir "sufriendo" de lo que tanto me gusta. Me complico con gusto pues. 

Y es que al parecer irte de viaje por Europa como que te sube el sueldo en el CV de las relaciones sociales. Como que te da un extra ahí. Como que te sube el "coolness". Eso o la Gaga dijo "esta pana fue a Europa, ahora el pequeño monstrete merece unas cuantas oportunidades de pinga para que no se deprima tanto, porque she was born this way." 

Se me complicó el tiempo en dos semanitas, y mira, qué bueno. Pero te conservo lo masoquista. Eso sí que no se quita tan fácil (aunque ya trabajo en el asunto de que uno escoge estar así, y en esta onda de Pana Vota, pues yo como que me lanzo una campaña electoral para mí misma, por una jeva que sea más positiva y menos depresiva). 

Como yo no soy voluble, como yo no soy complicada, como yo no soy semiótica con todas las letras, como yo no hago conexiones emocionales con nada, entonces decido lanzarme una de taller de canto y escoger una canción que dice que no consigo jevo  porque soy rara y verde. 

Las connotaciones semióticas van más allá de creerme un sapo gordo, verde y con verrugas que come moscas. Pero bueno, tampoco hay que andar destapando todos los trapos por aquí. Mira que eso de las confesiones cada mes ni siquiera lo practiqué en el colegio de monjas, y ya soy fiel creyente de que el Papa como que anda merodeando por aquí, así que no voy a andar ventilando mis pecados y malas costumbres más de la cuenta, no vaya y sea... 

Pero bueno, creo que es necesario liberar ciertos demonios para seguir adelante y para hacer arte del bueno. Si no, Reverón sería un simple pescador y la Pizarnik capaz hubiese sido... no sé, panadera. No digo que eso no tenga su arte, pero a mí no me llama la atención ese tipo de arte, pues.

En todo caso, que es hora de purgar al sapo verde con verrugas y dejarle mi garganta, tripas y demás órganos a la canción. Vamos a ver qué sale.

Y si la Gaga, Tom o Buda me observan mientras canto, o mi verdadera diosa, Idina, lo hace, pues perdón por los gallos en el proceso, pero síganme mandando cosas bonitas. 

No hay comentarios: