martes, 17 de abril de 2012

Nunca es "Ni tan Tarde"

Es increíble cómo explota el Twitter a partir de las 11 de la noche en mi país desde hace ya algún tiempo. Resulta y acontece que dos de los mejores hosts de Venezuela tuvieron la excelente idea de hacer una movida estratégica de rating que nos mantiene recordando los tiempos aquellos cuando estaban juntos en un programa. 

Si no los podemos tener juntos, los tenemos seguiditos, un programa detrás de otro. La Erika y el Chataing la han pegado del techo, tío. No sé si es porque tenía muchísimo tiempo sin verlos, o porque en verdad necesito reírme de algo, pero el día me mejora muchísimo a partir de las 11 de la noche. Primero, porque vuelvo a la vieja costumbre de ver televisión nacional, un hábito bastante obsoleto, incluso para las clases menos privilegiadas del país, porque podrán no tener shampoo, pero sí su antenita de DirecTV bien colgada. 

El hecho es que me alegra el día porque, como muchos de mi época y de un poquito más pa' atrás, pues recuerdo aquellos tiempos cuando ambos animadores/locutores compartían el mismo espacio televisivo con  un glorioso programa llamado Ni Tan Tarde. Y más allá de eso, porque me encanta el sentido del humor de ambos, en especial el de Erika de La Vega. 

En todo caso, que llego a mi casa y después de manguarear por un rato, veo ambos programas. Se hace como más llevadero el cansancio después de reírte un ratico. Y la verdad es que ahora no hace falta que ningún pendejo se ponga a tocar puerta por puerta pa' saber qué programa estás viendo, basta con meterte en Twitter y así puedes medir los ratings. Los panas la pegaron del techo, como ya dije. 

Y ese éxito se debe a una sencilla razón: el venezolano usa la risa para sobrevivir. Y es que necesitamos reírnos, casi como obligación, después de ver Globovisión o VTV por 5 minutos. Necesitamos reírnos después de ver cómo un motorizado le apunta a otro con una pistola, a plena luz del día, en medio de una calle del Marqués. Necesitamos reírnos después de pasar todo el día pensando que cada vez que abres la puerta del sitio donde trabajas puede entrar alguien sin que te des cuenta. Necesitamos destartalarnos de la risa, así sea por ver un video tonto en el "Punto Final" de Erika o con "Las Noticias de Mañana" sin sentido de Chataing, después de estar media hora mirando por el retrovisor porque piensas que alguien te está siguiendo, o porque pasaste 5 horas en una cola de los mil demonios para ir hasta Guarenas. 

Necesitamos reírnos de estupideces, de comentarios inteligentes. Todos los de Teatro Ucab (al menos los de mis tiempos) nos reímos al ver al Profesor Briceño de panelista con De La Vega, porque decimos "coño, eso yo lo vi de gratis en el camerino". Necesitamos reírnos para evadir este miedo constante, esta zozobra terrible de mirar en la dirección de todos los puntos cardinales existentes (y los que nos inventamos) para asegurarnos de que nadie raro anda por ahí. Parecemos Linda Blair en El Exorcista, dándole vueltas a la cabeza pa vigilar todo lo que nos rodea. Al menos no estamos verdes y vomitando por ahí, pero algunos sí parecen poseídos por el demonio. 

Necesitamos reírnos para no pensar en tanto hueco que necesitamos evitar para no hundirnos, para no espicharnos, para no accidentarnos más. Necesitamos reírnos para ausentarnos, aunque sea por 90 minutos, de las 24 horas de resignación y el tan conocido "esto es lo que hay" que ya adoptamos como el nuevo símbolo patrio (Orquídea, Araguaney, Turpial, Pabellón y "Esto es lo que hay"). Esto no es lo que debe haber, no se acerca ni un poquito. 

En todo caso, gracias Chataing y Erika. Gracias a sus guionistas por hacerme olvidar el miedo que tengo desde que llegué. Aunque sea por una hora y media. Gracias por quitarme esa paranoia que tengo por un ratico. La vaina es que no tengo ni DirecTV plus ni un Tivo para poder grabar los programas y ponerlos en loop hasta que se me quite esta ansiedad que tengo a toda hora. 

Coño, la vaina es que no me los puedo llevar en el Ipod (qué miedo da escribir que uno tiene un Ipod, no vaya y sea que alguien lo lea) para verlos mientras voy camino al trabajo, porque me lo pueden arrancar de las manos. La vaina es que no tengo una versión portátil de un ansiolítico audiovisual que me ayude a reírme todo el día. 


Pero al menos sé que siguen manteniendo la filosofía de que nunca es Ni Tan Tarde para reírse, y eso se agradece...

 ...y burda. 

No hay comentarios: