miércoles, 6 de julio de 2011

Afortunados cobardes

Dentro de pocos días estreno una obra de teatro, valga la cuña. Si se dio el tiempo para leer la descripción de perfil que se encuentra al final de este humilde diario virtual, se habrá dado cuenta de que tengo el tupé de llamarme a mí misma "Actriz", eso sí, en construcción. 

Un artista nunca está completo, nunca está realizado. Y si llegó a ese punto en su vida, y siente paz, mis más sentidas condolencias. Le tengo lástima. Sé que a mí me falta muchísimo por aprender, de hecho, tengo que dedicarme a hacerlo. Y es que lo que pasa en este país, por lo menos en la mayoría de los casos, es que uno (yo) no se entera de lo que quiere hacer realmente con su vida sino hasta que sale de la Universidad, con titulito en porta título y medallita del color de la facultad a la que pertenece. 

Conozco a muchas personas que han practicado el ejercicio teatral por mero instinto, por hobbie, porque les parece "cool", o, simplemente porque quieren pertenecer. Pocos son los afortunados (tengo la dicha de incluirme en ellos) que se dan cuenta en el camino de que el aula sirve para mera culturización, cuando escogiste una carrera que no te encaja del todo. Esos, los afortunados, toman la difícil decisión de ser fiel a sí mismos (y vaya que se sabe lo jodida que es la fidelidad en los humanos). 

Están los que no pierden el tiempo, y apenas les pica el insecto fulano del arte, abandonan todo y se lanzan desde chamos a la dura aventura de hacerse camino en un trecho tan ignorado como es el teatro en este país. Se forman, reciben clases con los más renombrados (y sin embargo desconocidos por la mayoría) profesores y profesionales del medio, se vuelven una gente teatral, pues. Yo, desafortunadamente, todavía no estoy dentro de ese grupo. 

Y luego están los otros, los que esperan al título, a tener plata, a tener tiempo, a tener... Nunca se tienen los suficientes cojones como para asumir el peo como es, agarrar tus cuatro peroles, montártelos al hombro y decir "Sólo quiero hacer esto, nojoda.". Esos, los afortunados desafortunados, los afortunados cobardes, dedican su día a día a interactuar con una pantalla y un ratón, con un teclado que obedece pero no cuestiona. 

Esos, los cobardes enclosetados, hacen lo que quieren en su tiempo libre. O sea, hacen teatro. Yo soy de esos cobardes enclosetados. Porque tengo 25 años, 3 de graduada y como 2 y medio ejerciendo una carrera que no me llena del todo, pero que me da el dinero suficiente para evitar que me digan "Ya estás grande para eso." Pero sí lo siguen pensando. Desde el afecto, pero lo siguen pensando. Yo hago teatro en mi tiempo libre, ocupo mi vida en eso, en lo que realmente quiero hacer pero no termino de entregarme. 

Acaba de suceder una epifanía. Nunca me atrevo (y en el fondo muchos dirán "Verga, hasta ahora te das cuenta."). No me atrevo en las relaciones (si es que se pueden llamar como tal los desperfectos de fábrica que he tenido por compañeros de boca), no me atrevo en las amistades (ésas sí son de verdad), no me atrevo en escena... Terrible. Me estoy traicionando a mí misma. ¿De qué diantres sirve hacer algo frente al público, si no te entregas del todo? Qué cliché. 
¡Al carajo! Yo estreno una obra en menos de un mes. Una obra que me da, finalmente, el primer chance de demostrar que puedo tener algo para trabajar y empezar a convertirme en una persona coherente, teatralmente hablando. No me gusta la palabra talento. Creo más en el trabajo, en la disciplina. Y soy una tremenda hipócrita. Creo en el trabajo pero no me formo. 

No

Así no se puede. 

Yo tengo que ser congruente. Es hora de echarle bolas, es hora de formarse. Es hora de dejar el miedo, a ver, si alguna vez, termino de darle forma a mi vida, y darme forma a mí misma.

Yo me cansé de estar en el clóset de los cobardes que dicen no serlo. Yo quiero ser increíble. 

Yo quiero que cada aplauso valga la pena.



2 comentarios:

Lore dijo...

Dos cosas que me ENCANTAN de este post:

1.- "Los desperfectos de fábrica que me han tocado por compañeros de boca" (o algo así). ja! Buenísimo.

y 2.- "Yo quiero ser increíble". Lo serás. me encanta la actitud (a lo Fito) que tienes en estas líneas... échale bolas, coño, que así sí lo vas a lograr!

Te amo. Y te quiero aplaudir mientras sientes que vale la pena.

Patricia (Odio que me digan así) dijo...

Jajajajaj gracias, perola. Yo también te aplaudiré.